Capítulo 1

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Sunoo

Sonó la alarma de mi celular marcando las 6:30 am del lunes. La apagué y esperé a que suene la siguiente 5 minutos después, y la siguiente, y la siguiente, y así sucesivamente.

Siempre me pongo alarmas cada 5 minutos porque disfruto mucho saber que puedo dormir un rato más cada vez que suena.

Hasta que llegó el momento en el que no la puedo posponer más y sin ningún tipo de motivación me levanté de la cama en dirección al baño, que se encuentra en mi habitación.

Cerré la puerta y me quité la ropa, abrí la canilla de la bañera, mientras tomé del estante unas sales de baño que tienen olor a kiwi y fresa, las cuales son mis favoritas.

Antes mi abuela me había regalado unas de limón y mandarina, primero era un olor súper adictivo y me encantaba bañarme con ellas. Después de un tiempo se volvió muy invasivo y decidí cambiarlas por algo más suave y no tan fuerte.

Una vez que se llenó la bañera, cerré la canilla y me metí en ella, y es ese el momento perfecto en el que siento como cada parte de mi cuerpo se relaja al hacer contacto con el agua tibia.

Tomé mi celular que se encuentra al lado mío y, como todos los días, seleccioné mi playlist de Spotify.

Cerré los ojos y me dejé llevar por la música disfrutando de los olores dulces que provienen de aquellas sales.

Este momento siempre lo necesito para arrancar el día con paz y tranquilidad. Es mi momento más íntimo y lo disfruto al máximo. Nunca se lo comenté a nadie porque parece absurdo que sea tan importante para mi, pero realmente es vital.

No me importa mucho llegar tarde a la escuela si cada mañana es así.

Sin embargo, mi aura relajante se esfumó en tan solo dos segundos cuando escuché un fuerte azote de la puerta de mi habitación y una voz chillona proveniente de ella.

—Sunoo amor, ¿no te dije que te bañaras ayer por la noche? Faltan 20 minutos para irte a la escuela y seguís ahí adentro. Y no voy a permitir que te vayas sin desayunar, después terminas desmayado en el aula —reprochó mi mamá desvaneciendo mi paz interior. Rodé los ojos y procedí a bajar la música de mi celular.

—¡Ya termino mamá! —dije sin darle mucha importancia—. ¡¿Puede ser posible que en esta casa nunca haya un momento de privacidad y tranquilidad?! —me quejé en voz baja. Sin embargo, mi mamá parece tener un sentido desarrollado de la audición porque me escuchó.

—Corazón, se que es necesario para vos hacer este tipo de ritual mañanero pero me preocupa que siempre vayas sin desayunar a la escuela, no es bueno para tu salud —me respondió con una voz más dulce que logró llegar a mí y entendí que más allá de que me molestaba, su reproche es una muestra de su amor y preocupación maternal.

—Está bien, tenes razón mami —dije más tranquilo, tratando de ponerme en su lugar—. ¡Ahora bajo y desayuno algo!

—¡Así me gusta! Te espero en la cocina.

Escuché sus pasos alejarse, cerrando la puerta unos segundos después.

Me bañé rápidamente con Shampoo y jabón. Salí del baño, me puse una remera rosa manga larga y arriba otra remera pero manga corta con muchos colores que hacen juego entre sí. Abajo me coloqué mis bóxers blancos, mis jeans negros con roturas, unos borcegos también negros, y por último unas cadenas en el cuello, y para sumar más detalles a mi outfit, una gargantilla.

Se que dirán que es mucho para ir a la escuela, pero mi gran consejero de moda y mejor amigo Jay me dijo qué siempre hay que vestirse con estilo y con lo que a uno lo hace sentir bien y le gusta.

Primero no le daba mucha importancia a sus palabras, hasta que vi que me sentía bien vistiéndome con ropa que representaba mi estilo colorido pero a la vez oscuro.

Así como mi personalidad, siempre estoy sonriendo y trato de ser lo más dulce y amable del mundo, pero cuando tengo que defender a alguien que me importa o discutir sobre algún tema al azar, sale a la luz mi fiera interna y la demuestro con orgullo.

Dejé de distraerme con la ropa y mis pensamientos, bajé a comer el desayuno que mi madre preparó y minutos después salí de mi casa y me subí al auto, en el cual me está esperando mi hermana para llevarme a la escuela.

—¡Me encanta esa ropa Sun! Fue excelente Jay al darte sus clases de moda —dijo mi hermana sonriente mirando al frente con sus manos en el volante.

Si supiera Jongseong que mi hermana lo mencionó, se estaría híper ventilando en este momento. Está enamorado de ella desde que me conoció. Siempre que viene a casa la mira con ojos de cachorro y asiente a cada cosa que ella dice. Aunque nunca le dijo nada porque nosotros tenemos apenas 18 años y Taeyeon tiene 27.

Además mi hermana lo ve como un hermano menor más, y aunque eso duela, Jay lo sabe. Tan solo es un amor platónico. Y como gran apasionado de las historias de amor, se qué ya va a aparecer esa persona especial para él.

—Sí, realmente me siento muy a gusto con mi elección. Me hace ver tierno y sexy a la vez —dije sonriendo con picardía y moviendo las cejas hacia arriba y abajo repetidas veces.

—Bueno chiquillo que no se te suban los humos. Igual si te ves muy hermoso —me respondió con una mueca tierna en su rostro—. Ahora cambiando repentinamente de tema, ¿cómo van las cosas con Sunghoon? —lo dijo rápidamente sin dejarme pensar en el medio de sus palabras.

—Bien, estuvimos saliendo varias veces y como siempre es un príncipe, qué te puedo decir —sonreí recordando nuestra última "¿cita?". Realmente no sé cómo llamarlo a lo que estamos haciendo—. Igual no le dije nada todavía, siento que no es el momento, por lo menos no por ahora. Por más tonto que suene, todavía no me dio una señal como para que me confiese.

—Yo creo que no necesitas una señal exacta. Ya puede ser el momento de decirle que te gusta, se que sus salidas son siempre con una idea amistosa, pero yo no lo veo disgustado con pasar las tardes a tu lado. Además siempre está preguntando por vos y viene más que seguido a casa. Para mi que está sintiendo lo mismo, pero no sabe cómo decírtelo —me respondió Taeyeon mientras aprovechó el semáforo rojo para mirarme directamente.

— Sí, puede ser. En algún punto creo que él puede estar interesado en mi pero me cuesta dar el primer paso.

—Te entiendo, igual ¿quién sabe? Capaz él se adelanta y te toma de sorpresa —dijo contenta, como si supiera algo.

No le doy más que una simple mirada de curiosidad y regreso mi vista a la ventana, donde se empieza a ver mi escuela.

Estacionó delante de la entrada, la saludé rápidamente y bajé del auto escuchando la campana sonar.

—¡Mierda! Otra vez tarde —dije bajito corriendo a la entrada.

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Espero les guste, es una de las primeras historias que escribí y que mantenía guardada en mis escritos desde hace un tiempo 😴

¡Gracias por leer! ♥️

La idea del amor - Sunki (Sunoo y Ni-ki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora