04

2.7K 277 93
                                    

Lo primero que Jimin siente por la mañana es el frio calar el hueso de su nariz.

Sus ojos se abren perezosamente mientras siente el aroma a tierra mojada y lluvia instalarse en sus sentidos. Estaba lloviendo, mucho, por el aroma podía asumir que habían bastantes charcos de agua afuera.

Genial, la perfecta excusa para no salir.

Cuando los ojos de Jimin enfocan al fin, su lobo se desanima al encontrar el otro lado de su cama vacía. No debía sorprenderse, es decir, llevaban casi seis meses con la misma rutina. Jungkook iba a verlo por las noches, se quedaba hasta que pegaba ambos parpados y luego se iba en medio de la madrugada o a veces apenas cerraba los ojos.

Lo extraño sería encontrarlo en su cama algún día.

El aroma a lluvia intenso lo distrajo de sus intrusos y debilitadores pensamientos, aquellos que cada mañana tenía.

Sostuvo su vientre hinchado y se sentó en la cama para poder ver mejor a su amigo entrar a su cabaña con una buena cantidad de leña cortada y seca. Sus ojos se encogieron por la débil sonrisa de su rostro.

—Buenos días, corazón— saludó Namjoon una vez llegó a su lado, dejando un beso en su frente— Buenos días a ti también, porotito.

"No le digas así"— se quejó Jimin con un puchero. No le agradaba que se refirieran a su cachorro con el apodo de su verdura menos favorita.

"Yo le digo como quiero a mi sobrino/hijo."

Jimin negó mientras sonreía. Últimamente solo con Namjoon solía hacerlo.

"Voy a prender fuego para que tu casa esté mas cálida. El jefe alfa pidió que no salieran de sus cabañas de no ser necesario, unas omegas traerán la comida a la casa de todos, así que tienes prohibido salir".

El omega se destapó un poco, enseñando un abultado vientre.

"¿Tengo opción de todas formas?" — las nauseas matutinas fueron reemplazadas con dolor de pies y de espalda dando fin a los días donde podía cuidar su invernadero. Los últimos días no salió de su cabaña nada más que para hacer sus tareas en la cocina.

"No, porque estas muy embarazado."— contestó haciendo énfasis en su condición. Se dio media vuelta y se dirigió a la chimenea escuetamente hecha para llenarla de palillos y leñas.

Jimin dejó a su mejor amigo hacer lo quisiera, después de todo, era para cuidarlos a él y al cachorro. Su omega no podía negarle la pasada al lobo que conocía desde pequeño, necesitaban y se sentían bien junto a un alfa que cuidase de ellos por devoción y no por obligación.

Luego de haberse apareado con Jungkook las cosas no salieron como su omega había esperado. El cachorro que concibieron no fue algo de lo que se arrepentía, de hecho, no se arrepentía de absolutamente nada a diferencia de lo que parecía ser para el alfa.

Su único arrepentimiento fue mostrar toda la sinceridad y amor de su corazón de golpe ante alguien que no quería ese sentimiento todavía, que decía no estar preparado aún. Esa era la única carga por la que su lobo sollozaba cada día.

Tenían cachorro, pero no marca de apareamiento.

Suspiró y calmó su interior para no alterar al cachorrito por el que se mantenía cuerdo y estable. Abrió su cama y se colocó las botas, encaminándose al lado de Namjoon para abrazarlo un poco, ya después se disculparía con Jin.

Abrazar su almohada cada día no era suficiente.

"Echa uno o dos leños cada hora para mantener tu casa tibia. Y hablaba en serio cuando dije que no salieras".

Entre bosques y silencios | JJK & PJM |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora