17: "Teenage dirtbag". (final)

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Casa de los Tomlinson, 18:25.

—¡Mamá! ¡¿Dónde está mi camisa?!
Johanna sube hasta el cuarto de su hijo, con una camisa en mano.
—Por favor, mamá. ¿Sabes dónde está mi camisa? Gracias, mamá —lo regaña su madre.
—No tengo tiempo para modales ahora —arrebata la prenda de sus manos y se la coloca—. Estoy apurado.
—Mas te vale que con Harry seas educado, Louis. ¡Pobre de mi yerno!
—¡Mamá! —exclama, avergonzado—. Ya, necesito cambiarme.
—Ponte perfume, dudo que Harry te quiera estando todo maloliente.
—¡MAMÁ!
—Louis, dime que no estás pensando en ir así al baile —apoyada sobre el marco de la puerta, se encuentra Felicite, la hermana de Louis.
—¿Qué tiene de malo? —el chico se observa a sí mismo, buscando el desperfecto.
—Se ve adorable —tercia su madre.
—Pero no tienes que verte adorable, ese es Harry —Felicite toma un poco de gel en sus manos y lo esparce por el cabello de su hermano mayor—. ¡Tienes que estar atrevido!
—¡Maldición, no! —Louis acomoda su cabello a su propio gusto— No lo usaré así.
—¡Pero te queda lindo! —Daisy entra corriendo y se tira sobre la cama de su hermano, junto con Phoebe.
—Silencio, pulga —el castaño le tira un almohadón.
—Louis, no golpees a tu hermana.
—¡Eso, Lou! A Harry no le gustaría eso —Phoebe sonríe, con un soslayo de picardía.
—¡Dejen de nombrar a Harry!
—Tranquila, nena, nadie te lo va a robar —se burla Fizzy—. Salvo Lottie, quizás.
—¡Eso no es verdad! —se escucha el grito de la hermana nombrada.
Louis esconde su rostro entre sus manos, negando.
—Esto no está pasando.
De soslayo, el castaño logra ver la hora en el reloj de su muñeca.
—¡Mierda! ¡Ya van a ser las siete!
—¡Louis, no maldigas frente a tus hermanas!
—¡Mierda, mierda! —repite Daisy.
—¡Silencio, Daisy! ¡No se dice! —su hermano la regaña—. Voy llegando tarde.
—¿Llevarás el auto?
—Sí, debo cargar algunas cosas para la banda —toma su saco y se despide su familia—. No me esperen, me quedaré en lo de Harry.
—Espero que ambos puedan caminar mañana —comenta la hermana mayor.
—¡Felicite! ¡No digas esas cosas! —regaña su madre.
—¡Cállate, Fizzy! Ugh, ¡adiós!

**

Casa de los Styles, 18.55.

—Um... ¿Mamá?
—¿Sí, cariño? —Anne levanta la vista y observa a su hijo menor con una gran sonrisa en el rostro— ¡Oh, Harry! ¡Estás hermoso!
—¿Podrías ayudarme con la corbata? Simplemente no sé cómo atar esta... —tironea de la prende, su dedo atascado en ella—¡esta cosa del Infierno!
—Tranquilo, cariño. Sólo te hace falta práctica —la mujer se acerca hasta su hijo y acomoda la corbata, sonriéndole—. Además, algún día tendrás que anudar tú la corbata de Louis.
—Oye —sonríe, ruborizado—. ¿Qué te hace creer que seré el amo de casa?
—No lo creo, pero sé que eres detallista. Y, por lo que vi, Louis es un tanto... Em...
—¿Desordenado? Sucio —esa última palabra trae un recuerdo a la mente de Harry, y su rostro se tiñe de rojo por eso—. Descuidado.
—Sí, descuidado. Pero mi chuiquitín estará ahí para arreglar eso, ¿eh?
—Mamá, no tengo tres años para que me digas chiquitín.
—Tú siempre serás mi chuiquitín —la madre aprieta sus mejillas cariñosamente y lo abraza.
Harry accede a aquel maternal abrazo, llenándolo de alivio y seguridad. Días atrás, cuando le contó a su familia sobre Louis, estaba temblando, casi sudando del miedo. No sabía cómo lo iban a tomar, temía que fuera para mal. En parte, se sentía mal por no haberlo dicho antes. Louis no era el primer hombre con el que salía. Su familia creía que Richard sólo era un muy buen amigo de Harry. Pero apenas terminó de hablar, Anne lo abrazó, justo como en este momento. Harry ganó inmediatamente confianza en sí mismo, y creció más cuando el resto de la familia se unió a ese abrazo.
—Mamá, ¿en verdad no te molesta?
—¿Qué cosa, cielo? —pregunta, rompiendo el abrazo.
—Ya sabes, Louis.. Chicos...
Anne sólo logra sonreír con ternura y niega con la cabeza.
—Hazz, hijo, no me importa en absoluto lo que quieras para tu vida, siempre y cuando te haga verdaderamente feliz. Si tú eres feliz con chicos, con Louis, entonces yo también lo seré. Tu felicidad vale mucho más que cualquier prejuicio. Y tú vales más que nada para mí.
—Mamá... —el rizado sonríe, con ojos lagrimosos—. ¿Valgo más que Gemma? ¿Soy el favorito?
—No te pases, hijo —la mujer ríe—. Los amo a los dos por igual.
—Yo sé que soy el favorito. ¡¿Escuchaste eso, Gemma?!
—¡¿Escuchar qué?! —su hermana entra a aquella escena familiar—. Rulos, no sé de qué hablas. Queda claro que la favorita soy yo.
—No de nuevo...
—¿Disculpa? Soy el favorito de todos.
—Si eso te deja dormir por las noches...
—Chicos, basta.
—Sabes que es verdad, Gems. Incluso conseguí novio antes que tú. Y soy más joven. ¡Y gay!
—Cállate, Harriet —la chica frunce el ceño, frustrada.
—Estos chicos... ¿A qué hora vuelves, Harry?
—Apenas termine la fiesta, supongo —voltea a su madre—. Louis se quedará aquí, ¿recuerdas?
—Oh, sí. ¿Tengo que preparar algo? Supongo que dormirán juntos.
Harry se sonroja ante la idea de lo que podría llegar a pasar y se pone peor al escuchar el comentario de su hermana:
—Eso suena picante. Dime que me harás sentir orgullosa y serás el macho que domina.
—¡Gemma! ¡No tienes que meterte en la vida sexual de tu hermano!
—Bueno, no había pensado exactamente en eso. Teníamos otros planes. Ver películas, jugar algún juego, no lo sé.
—"Quién se quita la ropa más rápido".
—¡Ugh, cállate! —Harry se abalanza sobre su hermana con intención de empujarla, pero se detiene al oír la bocina de un auto. Inmediatamente, sonríe— ¡Es Lou! ¡Adiós, mamá! ¡Adiós, fastidiosa!
El rizado corre escaleras abajo, olvidándose de su saco. Gemma lo toma en sus brazos, sonriendo maliciosa.
—Tres... Dos... Uno...
—¡¿Mi sacooooooo?! —la puerta de entrada se abre de un golpe y se escuchan pisotones en la escalera— Gemma, dame mi saco.
—Creí que me habías dicho fastidiosa recién.
—Gems, hermosa hermanita de mi corazón, ¿te importaría darme el bendito saco?
—Um, no lo sé... —con un dedo, señala su mejilla. Harry pone los ojos en blanco y accede a darle un beso. La hermana mayor sonríe y besa su frente— Ten, Hazz.
—¡Gracias! Ahora sí —rápidamente, se pone el saco y baja a tropezones las escaleras— ¡Adiós, fastidiosa!

Teenage Dirtbag. [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora