XVI

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— Y adivina qué pasó después, adivina, adivina

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— Y adivina qué pasó después, adivina, adivina. — Dijo la rubia con emoción.

— No sé, ¿qué pasó después?

— ¡Salí al mundo exterior después de tanto tiempo! — Viva chilló emocionada.

Ya era como las 2 de la madrugada, Viva no tenía nada de sueño y la pelirroja deseaba que al menos se cansará un poquito.

— Hey, tierra llamando a Barbie. — Viva tocaba la mejilla de la pelirroja tratando de despertarla, pero esta no daba respuesta alguna. — ¿La maté? Ay no, creo que la maté.

La rubia se levantó de la cama para después rebuscar en sus cosas.

Se acercó a la pelirroja y empezó a pegar stickers por toda su cara, o bueno, lo que suponía que era su cara, ya que la habitación estaba casi en total oscuridad.

— ¡Viva! — Se quejó la pelirroja.

— ¡Reviviste, te reviví, que Fantastivilloso! — Viva sonrió. — Espera, necesito verte.

La rubia se levantó de la cama, después prendió la luz y su mirada de inmediato fue a la pelirroja, la cual tenía el cabello despeinado y una cara de no haber dormido hace años.

— ¿Cómo te sigues viendo hermosa? — Preguntó mientras se acercaba a su novia. — ¿Eres una bruja?

Odiaba a Barb por eso. ¿Cómo a pesar de tener el pelo muy desordenado se veía tan genial? De hecho, ante cualquier situación, la pelirroja se veía hermosa. La rubia pensaba que seguramente se vería como la cosa más horrible del reino Troll.

— Ay, espera. Tienes un sticker en la nariz. — Viva rió por eso, a la vez que posicionaba dicho sticker en la frente de la pelirroja.

— ¿Por qué no tienes sueño? Siento que en cualquier momento me desmayaré.

Viva se recostó en el pecho de la pelirroja, donde horas antes había podido dormir solo un poco.

— Clay hablo conmigo. — Barb tenía el ceño fruncido, aún le seguía molestando que Viva mencionará a dicho troll. — ¿Estás celosa?

— ¿Por qué debería estarlo? No tengo razones. — Barb suspiró. — ¿Te dijo algo pa ra que dejarás de confiar en mí o qué?

— ¿Si te digo que sí no te enojas?

Un silencio incómodo se formó entre las dos. Viva rogaba que su comentario no le haya molestado y que todo siguiera como antes.

— Simplemente me molesta, no sé que tiene él conmigo. — Barb hizo una mueca  de desagrado.

— ¡Dejen dormir! — Se escuchó desde el otro extremo de la casa. Las dos rieron por eso, algo que hizo que la tensión se calmara.

La habitación de nuevo se quedó en silencio, pero esta vez no era incómodo, sino uno que a Viva le gustaba.

𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐑𝐎𝐂𝐊 ― Viva and BarbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora