𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐑𝐎𝐂𝐊 ― Viva and Barb

XXIV

Ya habían pasado aproximadamente 4 semanas desde que Barb le había pedido un tiempo a Viva, y desde ese día las cartas de Barb llegaban constantemente a la puerta de Viva.

La reina de Volcano Rock City ya había tomado una decisión, pero por alguna razón u otra aún no quería decírsela a Viva, así que recurría a escribirle cartas para no preocuparla o hacerla sobrepensar. Barb odiaría saber si Viva derramó solo una lágrima por sus ojos, y más aún si ella era la causante.

Y aunque el gesto era lindo, Viva odiaba el olor de las cartas de Barb. Ese aroma a azufre combinado con cuero viejo llenaba su capullo y se mezclaba con el olor a algodón de azúcar que había en este.

Las respuestas a dichas cartas de parte de Viva eran breves, y aunque ella era del tipo de mandarle cartas como si hubiera reescrito la Biblia a Barb, por alguna razón no tenía muchas ganas de esforzarse mucho esta vez.

El contenido de una de las tantas cartas que Barb había enviado decía algo como: "No pienses que te he olvidado, dulzura. Aún sigues en mi corazón..." y mucho, mucho texto más.

[🍭] you are my sweet, sweet candy

Esa noche me costaba dormir demasiado, y ya había tomado dos o tres pastillas para dormir, pero estas no hacían efecto alguno. En cambio, me sentía más enérgica. Y no, claro que no recurriría al café de nuevo.

En mis manos sostenía una taza de té humeante, con solo un sorbo ya me sentía totalmente calmada. Juraba que era mejor que el café en muchos sentidos.

Los rayos del sol empezaban a llenar mi pequeña habitación, lo cual me hacía recordar los constantes quejidos de mi novia sobre lo molestos que eran los rayos del sol por la mañana.

Por todos los Froot Loops, todo me hacía acordar a ella, no había ninguna acción que no hiciera que su imagen apareciera en mi mente, como si fuera un parásito adherido a mi cerebro.

Me dolía un poco pensar en ella, en las últimas semanas apenas había recibido cartas de ella, no la había visto desde entonces. La ausencia de su calor corporal me hacía estremecer por las noches, incluso dejaba un lado vacío en mi cama donde se suponía que ella tendría que estar.