Catarsis

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La lluvia golpeaba suavemente contra las ventanas, creando un ambiente acogedor y cálido en el interior de la habitación. Bajo una tenue luz dos personas se abrazaban, moviéndose con gracia al compás de las canciones antiguas que sonaban en el fondo. La luz suave de la ventana iluminaba sus rostros, resaltando sus sonrisas cómplices mientras se perdían en el momento. El aroma de la lluvia se filtraba por las rendijas de las ventanas, añadiendo un toque fresco y nostálgico al aire. Con cada paso, parecía que el tiempo se detenía, permitiendo que disfrutaran de la magia del momento sin preocuparse por nada más. Aunque intentan seguir los pasos de la canción, pronto comienzan a tropezar y tambalear. A pesar de sus torpes movimientos, sus risas llenan la habitación y crean un ambiente de pura alegría. Entre sonrisas y miradas dulces, continúan bailando, creando una imagen que Jack Conway creyó perdida. La lluvia fuera parece marcar el compás de su baile, mientras que dentro de la casa, la diversión y la complicidad fluyen con cada paso descoordinado.
Ambos se movían torpemente por la sala, riendo mientras intentaban bailar. En el corazón de Conway la dicha acompañada por un profundo anhelo retumbaba como un eco lejano de recuerdos perdidos. Mientras sostenía a Toni en sus brazos, su mente divagaba a un valle incierto. Una sombra de melancolía persistía en su corazón, recordándole pensamientos que pesaban sobre él. A medida que continuaban bailando, sus movimientos erráticos reflejaban el dilema entre sus propias ideas, tratando de mantenerse presente en el momento.
Envuelto en emociones encontradas, se detuvo por un instante para abrazar a Toni con fuerza, sumergiéndose en su aroma y calidez. Se aferró a él como si buscara refugio en su abrazo, tratando de encontrar consuelo en la cercanía que compartían. Durante un tiempo, se quedaron envueltos en ese instante, dejando que el silencio y la conexión emocional llenaran el espacio entre ellos. En ese momento, encontró un respiro en su presencia reconfortante, permitiéndose sumergirse en la calma que le ofrecía.

Se miraron durante varios segundos antes de que Toni sonriera separándose del abrazo para tomar sus manos y reanudar el baile, esta vez con un lento balanceo.
Mientras se movían, un sentimiento de tristeza y nostalgia se apoderaba del ambiente. Estaba abrumado por una emotividad que invadía su ser. Conway observó a Toni con la intensidad de alguien que no lo hubiera visto en años, como si quisiera aferrarse a ese momento para siempre.
A medida que continuaban, sus sentimientos se tornaban cada vez más evidentes. En sus manos entrelazadas firmemente, se podía percibir un temor profundo. Sus ojos reflejaban una mezcla de amor y preocupación, como si estuviera consciente de lo frágil que era la felicidad que compartían. Cada movimiento del baile parecía ser un intento desesperado de colgarse a ese instante, como si el simple hecho de soltarlo pudiera hacer que todo desapareciera.

Conway se esforzaba por mantener la compostura, pero sus manos temblaban ligeramente al sostener a Toni. Era evidente que el miedo estaba latente en su corazón como un recordatorio constante de lo fugaz que es la vida, y que el baile se había convertido en un refugio para expresar ese miedo y aferrarse a lo que más valoraba en su existencia. A pesar de la tristeza que lo embargaba, seguía bailando con determinación, como si sus movimientos pudieran desafiar al destino y protegerlo de cualquier amenaza que pudiera separarlos. A medida que giraban en armonía, se sintió abrumado por la nostalgia de lo efímero, consciente de lo frágil que era cada pequeño instante y lo impermanente que era el tiempo. Cada segundo que compartían se convertía en un tesoro que quería conservar para siempre. En silencio, se prometía a sí mismo recordar cada matiz de su relación, recordar cada sonrisa, cada mirada, cada caricia, cada risa, para que nada se perdiera en el paso de las décadas.
Cada movimiento del Italiano parecía irradiar elegancia y gracia, mientras Conway no podía hacer más que esforzarse por guardar en su mente cada detalle de su presencia encantadora. Sus ojos recorrían cada gesto, cada curva suave, como si quisiera grabar a fuego en su memoria la imagen de la persona que lo había cautivado desde el primer día.

ᴅᴇʟɪʀɪᴏ - TonwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora