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Gaming.


Había sido exactamente en la hora de gimnasia, su primera clase del año, a las 14:37 para ser exactos, la pelota que tanto estaban persiguiendo los jóvenes salió disparada afuera de la cancha por una patada de Gaming, cayendo al costado del chico rubio de su salón.
Gaming espero que algunos de sus compañeros que estaban mas cerca del borde la cancha fueran a buscarla, pero ninguno se veía dispuesto a hacerlo... se veían como incómodos de ir, el chico de cabello castaño los miro confundidos y bufó antes de empezar a caminar hacia donde estaba la pelota.

Mientras se acercaba notó que el chico que estaba ahí sentado no se inmutó en los más mínimo, mantenía su mirada aún pegada al libro todo momento...

—Con permiso~

Gaming se agacho para agarrar la pelota y de reojo pudo verlo... piel blanca casi como la nieve, unos ojos azules como el mar, pecas que parecían granitos de arena por todas sus mejillas regordetas, su pequeña boca y su fascinante pelo rubio que parecía el mismo sol...

Gaming se quedó apreciando la belleza del chico por unos segundos... aunque el juraba que habían sido minutos y horas que se había quedado mirándolo profundamente.

—Tus amigos... t-te están llamando... —dijo el chico rubio tímidamente mientras le señalaba hacia delante.

Gaming bajo de las nubes y volteo hacia donde estaba señalando el chico, era verdad, sus amigos lo estaban llamando a gritos y podía ver que uno ya se estaba acercando a ellos.

—¡Oh! Sí, lo siento por el casi pelotazo... ehhh... ¿tu nombre? —preguntó Gaming mientras se levantaba del suelo con la pelota en manos.

—F-Freminet...

—Freminet... —repitió Gaming con una sonrisa de enamorado en su rostro—. ¡Nos vemos Freminet!

El chico se fue contento con su pelota y con un nuevo sentimiento que nunca antes había sentido.

════ ∘◦❁◦∘ ════

Gaming no había dejado de pensar en su compañero de clases desde ese día, para su suerte se sentaba detrás de él, así que podía verlo todo momento y aprovechar pedirle ayuda en lo que fuera, no era un mal alumno, pero necesitaba sacarle platica a Freminet si lo quería conquistar.
Pero realmente era difícil hacerlo, el chico solo le contestaba justo lo que el preguntaba, no más ni menos y se volvía a voltear a prestar atención a la clase... parecía que el rubio no tenía ni una habilidad social o tal vez simplemente no quería hablar con él...

Freminet no salía de su cabeza, no podía parar de imaginar escenarios románticos con el chico, ni dejar de pensar esa molesta idea que trato de ignorar desde que empezó a ver al chico de esa manera...

¿Qué tan seguro estaba de que Freminet era gay? o mínimo que tuviera una orientación sexual que involucraba a chicos. No quería basarse en los rumores de sus compañeros ni en como lucía y actuaba Freminet, eso no era algo propio de él, pero tampoco podía preguntarle directamente, un día le estaba pidiendo la goma y al otro preguntándole si estaba interesado de forma romántica en chicos.

Gaming se echo a su cama y suspiró derrotado, realmente era difícil estar enamorado de un chico siendo uno...
¿Freminet no pensarían que es asqueroso? ¿que es un enfermo? de solo imaginarlo los ojos de Gaming empezaron a llenarse de lágrimas, el chico agarro su almohada y la abrazo fuertemente para cubrir su llanto, no quería que alguien lo escuchará y preguntara por qué estaba así...

Cuando al fin pudo calmarse, volvió a pensarlo un poco más, analizo el como era Freminet y noto que el chico en sí no se defendía de ningún rumor, a lo mejor ni siquiera era consciente de este pero también capaz el piense que ser gay no es nada malo...
Gaming reflexionó un poco más y decidió arriesgarse con Freminet, si nadie se enterará no le pasaría nada, ¿no? Tampoco es que Freminet fuera alguien de chismes.

Se levantó de su cama, dejando atrás ese episodio depresivo y decidió tomar manos en el asunto, quería que ese chico formará parte de su vida para siempre... y si quería eso de verdad, debía por al menos intentarlo.

El muchacho comenzó a pensar en muchas formas de poder acercarse más a él pero todas las que se le ocurría terminaban en un accidente, tirar su pelota como esa vez podía darle en la cara, también estaba la opción de chocarse con él en el pasillo pero tal vez terminaba con Freminet cayéndose mal al suelo y rompiéndose algo... Gaming era un chico que pensaba demasiado, después de todo.

Cuando ya estaba apunto de volver a echarse en la cama a ponerse a llorar, un pensamiento brillante se le pasó por la cabeza...
Carta de amor.
Ahí podría decirle todo lo que sentía a Freminet y si salía bien el chico aceptaría en conocerlo más.
Se levantó de su cama de un salto y corrió rápidamente a la silla de su escritorio para sentarse, tomó una hoja de color rojo que tenía en una pequeña libreta de su infancia y empezó a escribir lo que deseaba y sentía por Freminet... obviamente sin firmar, el chico iba a poder dárselo a la cara, ¿no?

════ ∘◦❁◦∘ ════

Llegó el día siguiente y Gaming entró muy relajado a su salón, estaba bastante seguro de poder dársela en la cara apenas lo viera, se sentó en su escritorio a esperar pacientemente el chico y adoptar su personalidad despreocupada y genial.
Pero cuando vio llegar a Freminet, podía jurar que su cabeza se vacío y su corazón empezó a latir demasiado fuerte, no podía mantener la mirada en el chico, no podía soportar su belleza y brillante presencia, era demasiado para Gaming.
El chico bajo su mirada rápidamente y empezó a respirar profundamente para calmarse, pero no podía, le era imposible...

Y más que su cabeza decidió traicionarlo, haciéndole pensar en lo de anoche, ¿que pasaría si Freminet lo rechazará...? ¿se molestaría en leer la carta? ¿lo miraría con desprecio y se voltearia hacia adelante sin decirle nada? ¿le diría algo hiriente?

Gaming no podía soportar esos pensamientos y no sabía cómo calmarse, no tenía a nadie de confianza para desahogarse, todos sus amigos pensarían que él era raro por enamorarse de un chico.
El chico de cabellos castaños cruzo sus brazos en el banco y dejo caer ahí su cabeza, parecía que se había rendido... hasta que escucho la voz de Freminet.

—¿Necesitas que salga...?

Levantó la mirada rápidamente para ver qué estaba sucediendo.
Al parecer Freminet estaba en llamada con alguien más de la escuela, ya que este desconocido le estaba pidiendo que saliera del salón.

—Esta bien, ahí voy Lynette... —dijo mientras cortaba la llamada y se levantaba de su silla para salirse del salón.
Gaming se quedó mirando el escritorio vacío de Freminet por un momento, estaba algo decepcionado que le hayan quitado minutos de poder ver a su crush.

"¿Y si se lo dejo en su escritorio...?"

Ese pensamiento pasó por la cabeza de Gaming, aunque se moría por ver la reacción de Freminet, sabía que si lo rechazaba en la cara le iba a doler toda la vida... sin pensarlo más, Gaming saco la carta de su bolsillo, miro rápidamente a su alrededor por si había alguien viéndolo y se levantó un poco de su silla para empujar la carta debajo del escritorio de Freminet.

Cuando se volvió a sentar, justo vio a Freminet entrar por la puerta del salón. Nervioso, agarro un libro cualquiera y empezó a leerlo, aunque no podía concentrarse, era cuestión de segundos que Freminet notará la carta...
Y tuvo razón, lo primero que hizo Freminet fue ver bajo su escritorio y sacar de forma lenta la carta.
El chico la agarro con cuidado y la leyó detenidamente... se veía hermoso para Gaming.

Cuando Freminet terminó de leerla, empezó a mirar por todos lados del salón, incluso detrás suyo, pero Gaming ya había vuelto a fingir leer el libro por más que se le hiciera difícil por los fuertes latidos de su corazón y esa extraña sensación molesta pero linda en su estómago...

Espero que Freminet le dijera algo, pero solamente se sentó y saco ese libro que había visto esa vez de la pelota... ¿se estaba haciendo el ton...?
Y ahí fue cuando Gaming recordó que no había firmado con nada la carta.

—Mierda...

Cartas [Gaminet]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora