Capítulo 4: ¡Una despedida!, ¿hasta luego?

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Pasaron los días en la playa y me hice muy amigo de Adina. El día de irnos nos abrazamos y me besó en la mejilla con sus labios pintados de rosado. Me fui y muy rápidamente me llegó un mensaje de ella; -¡Te extrañaré jovencito!, portate bien o el cuco te llevará.- le contesté con un simple "jajaja" y me puse los audífonos conectados al MP3. Tardamos toda la tarde en llegar de vuelta y vi a Matt ayudando a un niño de seis años que se había caído sobre la tierra. Corrió a ayudarlo y justo salió su madre de casa al escuchar tanto llanto. Al vernos nos comenzó a insultar, pero mi madre fue y le paró los carros.
-Disculpe, señora, pero mi hijo y su amigo estaban tratando de ayudar a su hijo que cayó sobre la tierra. Usted si va a andar peleando y llorando, mejor vea más a su hijo y preocupe, porque si se llega a caer peor, mi hijo no volverá a ayudarlo. La señora se quedó callada y agarró a su hijo del brazo y lo llevó a su casa con el humo saliendo de su nariz por la ira. Matt y yo le agradecimos que nos defendiese y mi madre muy metida le dijo a Matt de lo mucho que yo hablaba de él, y lo peor es que lo invitó a tomar once. Él aceptó, aunque su cara pedía ayuda y se notaba que moría de vergüenza. Entramos e hicimos las once que en mi vida había visto. Se había lisiado con sus maniobras de cocinera. Comenzamos a comer mientras mi madre le hacía preguntas hasta por los codos. Vi a Matt verme a cada rato de reojo, para luego volver a mirar a mi madre y responderle cada barbaridad que salía de su mente y se trasladaba hasta su boca. En ese momento dejé el celular sobre la mesa y fui a buscar más bebida y jugo, pero justo en ese momento me llegó un mensaje de Adina. Mi madre vio el mensaje y le comenzó a decir sobre las vacaciones y que me había hecho un amor de verano. En ese momento le dije a mamá que se callara, me di vuelta a ver a Matt y su mirada estaba baja... De la nada mi boca comenzó a decir que todo era mentira y que solo era una amiga. Comencé a hablar de lo mentira que era como si estuviera con él y tuviese que darle explicación de todo. Mi madre me vio algo extrañada por lo alterada que me había puesto y me dijo que me tranquilizara, que solo era una broma. Matt me vio con unos ojos llenos de brillos y volvió a sonreír. Comenzó a hablar con mi madre como loro, y ambos llenaron la mesa de palabras y no tocaron la comida. Se hizo tarde y se despidió muy alegre. Al despedirse de mí me miró con el mismo brillo de antes y me sonrió. Al ordenar todo mi madre me comenzó a preguntar por qué estaba tan alterado cuando ella habló de Adina. Me quedé callado y le cambié el tema. Me miró con duda y me sigue el otro tema. Luego fumé un cigarro, me bañe, me lave los dientes y fuí a dormir. Antes le di las buenas noches a Adina y dormí.
Al día siguiente me llegó un mensaje de un número desconocido. "Hola" el mensaje era muy simple, así que pregunté quién era. Me respondió en un instante y dijo que era Matt. Lo agregue y comencé a preguntarme cómo había conseguido mi número, pero preferí no preguntarle nada sobre eso, ya que podría ser incómodo para ambos. Comenzamos a hablar. Era muy educado en su escritura y no mandaba ningún emoji o sticker. Seguimos hablando y en eso me dijo que podríamos vernos en la plaza. Me levanté de un salto de la cama y me arreglé muy rápido, me hice un kilo de colonia y 3 kilos más de desodorante. Salí con un pan para él y para mí, apenas cerré la puerta él estaba parado frente a mi casa, lo saludé y sonreí. Caminamos mientras comía el pan que había traído. Me di cuenta de lo amable que era y me di cuenta que era mucho más lindo de lo que lo encontraba antes. Seguimos hablando, pasamos toda la tarde, no me preocupaba la hora, ya que mamá trabajaba hasta tarde. Cuando ya comenzó a oscurecer nos despedimos de un abrazo y note que su cara se había puesto roja como un tomate, recordé que jamás nos habíamos dado un abrazo y que quizá eso significaba que nuestra amistad estaba creciendo. Regresé a casa y vi a mamá llorando en el mar mientras lavaba los platos. En ese momento vi mi celular y tenía nueve llamadas perdidas de ella. Al verme me fue a abrazar y se desplomó. Le dije que había estado con Matt y al instante se calmó.
-¿Cómo te fue con Willito, cariño?-dijo con un tono amable.
¿Willito?, jajaja, te encanta inventar apodos. - Después de decir eso se secaron las lágrimas y nos largamos a reír como nunca antes.

¿Amor o amistad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora