En donde María tiene vivencias de un adolescente en un ámbito dañino.
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La historia romántica de dos corazones en la advercidad.
-Fanfic.
-Danilo Sanchez x OC.
-Inició: 26/01/24
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He sido demasiado cobarde para hacer lo que sabía que era correcto, al igual que he sido demasiado cobarde para evitar hacer lo que sabía que era incorrecto.
Ver a mi progenitora tirada en una cama con aspecto demacrado me lo confirmaba. Sabía que no debía irme cuando entraban esos hombres a nuestro hogar, pero no podía soportar escuchar los sonidos desagradables que emitían esos hombres.
Mi escape era irme a la plaza cercana, en ella había una "canchita" de fútbol, pero habían dos que destacaban del resto. Era muy tímida para acercarme a hablarles, pero sabía que ellos sabían que yo los observaba con mi mirada curiosa.
A veces desearía poder ser más animada para acercarme, y tal vez hacer amigos.
Hasta ese día que me conformaba con solo verlos de lejos y apoyarlos en secreto. Un día no pude ir.
Mi mamá quería que empiece clases de costura con mi vecina de al lado, era costurera y vivía sola, sus hijos se habían ido hace mucho tiempo ya, era lo que me dijo esa primera clase. Pero sospecho que algo me oculta en su media verdad, por los ojos tristes que tiene.
Luego de ese día no fui tan seguido a verlos jugar, empezaba a entretenerme más con la señora Marta, era una señora robusta, con un pelo castaño corto, y visibles canas en su cabello. Le faltaban dientes en su sonrisa, pero a ella le gustaba mostrarla, me hacía un poco de gracia verla reírse.
No sabia que esas clases eran para evitar que yo presenciara lo que se producía en mi hogar.
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El día que volví a verlos a jugar, se me acercó uno de ellos, por un momento me emocioné.
-¿Qué haces acá?-me gritaba mientras venía caminando hacia mi- Hace mucho no te veía. Creí que nos habíamos librado de la acosadora.
Después de escuchar sus palabras, mi mundo se cayó abajo; acosadora, ¿acaso me veían así? no quería responderle, se me caía la cara de la vergüenza que sentía, empecé a sentir colorado el rostro y levante la mirada.
-¿Te comió la lengua el gato o qué?- Él seguía esperando una respuesta y yo en mi mente trataba de formular una para que no piense que yo era así.
-No, lo siento. Solo me gustaba observar como jugaban-le dije temerosa por su reacción
-Eso te hace una acosadora.
Quería que la tierra me trague.
-No era mi intención, me gusta verlos jugar. Hacen que alguien se hipnotice mientras los dos juegan-intentaba remediar la imagen que tenían de mí.
-¡Mira Carlitos, nuestra primera fan!-le gritó al chico que nos veía curioso aún en la cancha.
Yo solo me podía poner roja con esa respuesta.
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Primer capítulo de esta historia, espero les guste.
