Salí de la habitación, para ir detrás de Daniela, pero yo no contaba ni con mi celular, ni con la vela, ya que esta última se había consumido por completo. Así que en lo que tardé en despabilarme y subirme la ropa interior, fue tiempo más que suficiente como para que ella ya estuviera subiendo las escaleras. Escuché el ruido de una puerta abrirse y cerrarse rápidamente en el primer piso. De todas formas, se suponía que Agus estaba en la habitación de Daniela. ¿Sería que ya habían vuelto a sus respectivos dormitorios?
Estaba molesta y eufórica al mismo tiempo. Daniela me había hecho una mamada. Pero no solo no me había permitido disfrutarla en todo su esplendor, pues la mayor parte había sucedido mientras dormía, sino que no me había dejado ver su cara o acaso ¿Fue Agus? No no creo.
Volví a mi cuarto, fastidiada, pero con la persistente satisfacción de quien acababa de recibir una mamada de una hermosa adolescente. Ni siquiera sabía qué hora era.
La primera en la que pensé fue Daniela. Supongo que el hecho de que me había manoseado a la salida de la sala de luces me hizo pensar que ahora se trataba de ella de nuevo. El modus operandi era el mismo. Un atraco en medio de la absoluta penumbra, para luego huir despavorida, aprovechando la ventaja que tenía en la oscuridad debido a su agilidad y a que contaba con alguna linterna. Pero luego reparé en un detalle para nada insignificante. Quien me había hecho la mamada no lo estaba haciendo muy bien que digamos (o eso me había parecido), lo que evidenciaba su falta de experiencia. Tanto así que sentí cómo me mordía. Daniela, sin lugar a dudas, habría de tener mucha experiencia chupando vergas. Eso no me lo quitaría nadie de la cabeza. Otra cosa a tener en cuenta era que a ella también se le había acabado la batería del teléfono, por lo que no contaba con una linterna para desplazarse libremente por la oscuridad. Dudaba de que usara lo que le quedaba de la vela para ir a mi cuarto, considerando lo riesgoso que eso era si tenía que salir corriendo como lo hizo. Pero si había sido ella ¿Por qué ocultar su identidad? Ya habíamos tenido tanto manoseo mutuo, que coger era el paso obvio a seguir. Eso no tenía sentido. ¿Cierto? Y ahí volvía a pensar en Agus.
Pero resultaba difícil imaginar que una chica con su personalidad diera un salto tan brusco en sus actitudes. Una cosa era platicar y hacernos preguntas. Pero otra muy distinta era ir a hacerle una mamada al padrastro o madrastra de su amiga en medio de la noche. Eso cuadraba más con Daniela. Porque su personalidad desinhibida le permitiría hacer ese tipo de cosas y otras incluso mucho más audaces y el erótico contacto que habíamos tenido durante las horas precedentes hacían que una actitud como esa fuera totalmente coherente en ese contexto.
Me estaba volviendo loca. Mi mente se estaba moviendo en círculos. Me sentía irritada. Pero no podía negar que fuera como fuera, mi situación era privilegiada. Una de ellas me había ido a chupar la verga. Pero la verdad quería que la asaltante fuera Daniela
Estaba cumpliendo el sueño de casi todo hombre heterosexual. Pero no tenía que dejar que mi mente se ofuscara por la euforia del momento. Debía mover bien mis fichas. Tenía que sacarles información sin que se dieran cuenta. Necesitaba confirmar quién carajos había sido la visitante nocturna.
Me quedé un buen rato sin pegar ojo, con la vana esperanza de que aquella escurridiza chica se apareciera de nuevo. Me haría el dormido, dejaría que se me acercara, y esta vez no la dejaría escapar. ¿Quién se creía que era? No podía pretender aprovecharse de mí a su antojo sin siquiera dar la cara. De hecho, lo que estaba haciendo era lisa y llanamente abuso sexual. No es que me molestara que una adolescente preciosa abusara de mí, pero no dejaba de ser una actitud reprochable. Cuando la tuviera entre mis manos, la revolcaría en la cama y me pagaría por toda esa ansiedad que estaba experimentando en ese inusual día.
Después de un par de horas de divague, logré dormirme, para despertarme poco después. Mi cansancio me decía que había dormido tres o cuatro horas como mucho. No sabía que hora era, pero ya se escuchaban algunos ruidos en la calle, por lo que imaginé que ya eran al menos las nueve de la mañana. Me pregunté si las chicas se levantarían temprano. Si se habían quedado mucho tiempo en el pijama party, probablemente las vería recién para el mediodía. Además, el día se prestaba para quedarse acurrucada en la cama. Yo misma no tenía motivos para levantarme tan temprano. Al fin tenía libre un fin de semana y tenía todo el derecho del mundo de haraganear. Pero las circunstancias inusuales del día anterior, y la necesidad de aprovechar cada momento, me hicieron salirme de la cama. Además, si eso contribuía a aumentar, aunque fuera un poco, las posibilidades de por fin concretar con mi hijastra, qué me importaba tener un poco de sueño.

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Mi odiosa hijastra
Short StoryEs una historia llena de contenido para adulto así que si no les gusta este estilo de lectura mejor ni abran el capítulo 1 Poché es intersexual tiene 31 años la cual tiene una pareja llamada Mafe y Mafe tiene una hija llamada Daniela a la cual le d...