Era una tortura estar cerca de ella y no poder llevar lo que había sucedido al siguiente nivel. Agus me ayudaba a juntar los vidrios rotos del piso, iluminando con la vela para asegurarnos de que no quedara ningún pedacito de cristal sin levantar. Cuando tiré el vidrio roto adentro de una caja, para no mezclarlo con el resto de la basura, miré de reojo a Calle, quien me devolvió la mirada. Traté de dilucidar qué era lo que expresaban sus ojos, pero me costó definirlo. ¿De verdad me iba a comer a ese caramelito? Si me hubiera hecho esa misma pregunta apenas unos días atrás, la respuesta sería un contundente no. La princesita de la casa era inalcanzable. Y ahora que sabía que ella recordaba muy bien que yo era la babosa del supermercado, y, aparentemente, no le había contado nada a Mafe, mi teoría se veía reforzada.
La presencia de sus hermanas me tiró el ánimo al piso, ya que no pude seguir frotándome en ese perfecto orto mientras sentía el rico olorcito de su perfume. Pero estaba decido a llevarme a mi cuarto a la princesita. O quizás le haría una visita nocturna al suyo, daba lo mismo. Esa noche la haría gritar de placer. Esperaba que la tormenta siguiera rugiendo con la furia con la que lo hacía ahora, así las otras no escucharían los gemidos que le haría largar a esa muñequita inconquistable.
Me hice la tonta, demorando más de lo necesario levantando los cristales del suelo, para ver si Agus se iban y nos dejaban solos un rato. Pero Agus no parecía querer despegarse de Daniela. Luego ambas volvieron a la sala cosa que me frustró, ya que por lo visto Calle no pensaba hacer nada para quedarse ahí conmigo. Por un momento pensé en una terrible teoría: lo de recién había sido cosa del momento y nada más. En mi tierna juventud había tenido situaciones similares con amigas a las que me quería coger. Había cierto franeleo con ellas en un momento determinado, pero luego la cosa no se concretaba. Ellas siempre encontraban excusas para dejarme con la calentura en los pantalones: que tenían novios, que en realidad no había pasado nada entre nosotros, que justo ese día no podíamos vernos, etc. Pero deseché esa idea. Calle sabía que yo no era uno de esos pendejos veinteañeros que ella conocía. Ya era todo una mujer, y si me arriesgaba a tanto con la hija de mi pareja, era por algo. No iba a dar marcha atrás ¿cierto?
-Sería buena idea comer temprano ¿No? —comentó Daniela, que ya tenía su cuerpo desparramado sobre el sofá más grande.
—Bueno, si quieren voy preparando unos tallarines con salsa —propuse—. Pero necesito al menos dos velas para estar bien iluminado en la cocina.
—¡Yo te ayudo! —dijo Agus , entusiasmada.
Me pareció notar que Calle estaba decepcionada por lo que acababa de oír. De hecho, yo también lo estaba, pues esperaba que fuera ella la que se ofreciera, y así tener por fin un rato de intimidad entre los dos. De esa manera tendríamos un lindo recalentamiento antes de lo que fuera a suceder a la hora de dormir. Pero ella había estado muy lenta y Agus muy rápida.
—Dale, vamos —dije.
—Bueno, yo también deberíamos ayudar ¿No? —dijo Calle mientras Agus y yo volvíamos a la cocina. —. Digo, está tan oscuro… Debe ser incómodo cocinar así. Mejor llevemos todas las velas a la cocina y de paso les ayudo.
Me entusiasmó mucho escuchar a Calle haciendo lo posible por estar cerca de mí.
—Agus, me pasas un paquete de fideos de la alacena. Como sabés, yo no llego —dije, mientras yo llenaba de agua una olla.
—¿Vas cortando las cebollas? —le dije a Calle
—Sí, pero prefiero hacer otra cosa. Odio picar cebolla —respondió con sinceridad Calle—. Después el olor tarda mil años en irse de mis manos. Prefiero ayudar en otra cosa.
—No hay problema, yo me encargo —dije.
Cuando agarré el cuchillo, por su mango, aproveché para acariciar su mano —manos delicadas de uñas prolijamente pintadas—. Era un gesto claramente hecho a propósito, pero ella no pareció percatarse de ello. Agus seguía estirada

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Mi odiosa hijastra
Historia CortaEs una historia llena de contenido para adulto así que si no les gusta este estilo de lectura mejor ni abran el capítulo 1 Poché es intersexual tiene 31 años la cual tiene una pareja llamada Mafe y Mafe tiene una hija llamada Daniela a la cual le d...