Mírame sólo a mí cuando tus alas se conviertan en cobre, tan livianas como algodón, tan atroces como un huracán.
Respiremos el mismo pensamiento de querer evitar que el tiempo se nos escape.
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Historia BL, los personajes son los signos del zodiaco!!
—Tres fueron los ángeles caídos anunciando el comienzo de la resurrección del Soberano —exclamó el guía mientras su voz rebotaba en las partes más aisladas de la iglesia. —Sin embargo este no volverá hasta que los tres se reúnan una tarde de marzo.
El joven de cabellos oscuros y revoltosos escuchaba con una paciencia implacable. Se sabía la historia de memoria, era su favorita, había sido criado en base a ésas creencias que no hacían más que repetirse cada día.
Estaba sentado en una de las hileras de bancas dentro de la iglesia de aspecto gótico. Decorada con vitrales, enormes estatuas de sus ídolos e incluso pinturas al óleo de las que se desconocía el año en la que salieron al público por primera vez.
Aquel era el lugar en el que pasaba su tiempo libre. Gozaba mucho de la libertad silenciosa y elegante que la iglesia gigantesca podía llegar a brindarle durante sus días más inhóspitos. Gracias a su naturaleza introvertida, no podía decir lo mismo de los días de celebración en la que se veía colmada de fieles que llegaban a escuchar la voz del guía.
Más pronto que tarde, los cánticos callaron y el movimiento casi inexistente se vio reemplazado por uno constante, empujando la necesidad de los presentes por abandonar el lugar y volver a sus quehaceres rutinarios.
—Deberíamos irnos, Escorpio —anunció su amigo tomándolo por el hombro. —Nos esperan en Gaia para reanudar los preparativos de esta noche.
Escorpio asintió taciturno esperando a que la manada de gente a su alrededor se escurriera fuera de la construcción antes que ellos.
Se esperaba de él, como voluntario en conjunto con unos compañeros más que ayudasen a preparar la decoración e instalaciones de la ciudad para una de sus tantas celebraciones.
En esta ocasión rendían culto a los tres ángeles mencionados durante la palabra que tanto proclamaba el guía aquella mañana fresca de marzo. Esa noche, como todos los años previos y posteriores a ése, se esperaba la venía de los entes para proclamar un año beneficioso.
Sin embargo ni Escorpio ni ningún otro mortal vivo había visto alguna vez la figura de alguno de estos ángeles tan mencionados. A pesar de ser un fiel creyente obligado a mantenerse como tal, muchas veces ponía a prueba la veracidad de las historias que le narraban.
Al ver a Géminis levantarse finalmente, lo siguió y caminaron en dirección hacia el centro de la ciudad, donde varias mesas estaban ya predispuestas para ser ordenadas.
Cajas apiladas una encima de otras esperaban ser abiertas y colocadas con diligencia sobre el lugar. En su mayoría se trataba de luces, guirnaldas, pósters, telas, entre una amplia gama de variedad más.
Justo en medio había una fuente. El recorrido artificial del agua que ésta impulsaba se encontraba apagado, aguardando a por el momento crucial para ser encendida y mostrar su danza tan elegante.
Para cuando ambos chicos finalizaron sus quehaceres, se despidieron con rapidez antes de abandonar el lugar y dirigirse a sus respectivas casas, para prepararse y reencontrarse en la brevedad de la noche.
Mientras se duchaba, a tan sólo media hora de que comience el evento, Escorpio no pudo evitar preguntarse si alguna vez tendría la oportunidad de ver a alguno de los ángeles tan profetizados por su cultura.
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