8 𖠗 ¿en qué idioma piensas?

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Géminis no tardó demasiado en llevárselo de la mano. El destino no era claro en su mente, simplemente quería la certeza de saber que había un objetivo escondido detrás de aquello: el de la privacidad.

Chocaron con varias personas en el transcurso, pues, evidentemente, el salón estaba colmado por pequeñas multitudes que se acoplaban por distintas razones.

Se encaminaron hacia la salida sin cesar las velocidades. Con cada paso que daban, más se acoplaba Aries al ritmo de los pies de Géminis. No tardaron en sincronizarse casi de manera perfecta.

No pudo evitar controlar su reserva. El de ojos verdes, por muy pulcro que quisiera lucir, estaba llamando demasiado la atención, y amaba la adrenalina a la que se había visto obligado de forma tan repentina por aquel conocido sólo de palabras y gestos.

Pronto dejó de ser arrastrado. Había pasado a ser él el de la voluntad dominante, tomando el mando sin mucha dificultad, aspecto que dejaba en evidencia la condición física de Géminis.

Fuera no llovía. No como la noche en la que se conocieron. El plano parecía ser mucho más amigable para ambos.

Se detuvieron debajo de un farol que les permitía el lujo de la iluminación durante aquella noche tan fresca y húmeda, pero asimismo tan salpicado por estrellas que resultaba imposible no desviar de vez en cuando la vista para captar con los ojos aquellas pequeñas chispas que se dedicaban a mejorar el lienzo.

—No pensé que fueses tan buen atleta —comenzó Géminis intentando recuperar el aliento a su lado.

Aries carcajeó. Él apenas había notado la falta de aire como algo relativamente importante.

—¿El artista debía hacer su “gran salida”, me imagino —comentó, burlándose.

—Viene incluido en el oficio.

Géminis conservó aquellos breves segundos en los que su compañero desviaba la mirada para apreciar su figura, intentando memorizar su rostro, quedarse con los detalles más importantes.

Sin embargo éste lo notó, y alzó una ceja sospechosa en su dirección, encerrando sus pensamientos entre aquellos ojos verdes tan mortales como vitalicios.

—Te preguntarás por qué estamos aquí —dijo el violinista. —Lo cierto es que no lo sé.

—Entonces debería volver y-

—¡No!

Con aquella pequeña expresión había logrado dejar en evidencia su solicitud de permanencia. Estaba desesperado por alargar el tiempo lo que fuese necesario para irse de allí con algo, lo que sea, pero no le bastaba una simple mirada.

—Hablemos —dijo, casi en una súplica. —Cuéntame sobre ti.

A Aries no le hacía mucha gracia el hecho de dar información sobre su persona a alguien a quién apenas conocía. El hecho de que fuese un violinista reconocido le otorgaba al chico cierta credibilidad, pero fuera de aquel aspecto, no había muchas bases sobre las cuales construir una confianza.

Se mostró reacio. Lo expresó bien a partir de su expresión facial. Géminis no tardó en darse cuenta y optó por dar algo a cambio.

—De acuerdo, de acuerdo, yo empiezo —comenzó. —Mi nombre es Géminis, tengo 20 años, soy un violinista, trabajo para la iglesia.

—No hay nada nuevo en ello.

El signo de los gemelos sonrió algo nervioso ante las exigencias que demostraba Aries. Estaba en lo cierto: no había dado ningún dato nuevo y relevante como para obtener algo a cambio.

𖠗 angel by the wings | zodiaco BL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora