5 𖠗 humano por conquistas.

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Me enamoré de ti aún sabiendo que
la  muerte  podía  tocarte.  De hecho
creo  que  me gustaste cada vez más
por  ello,  porque  quería  seguirte  a
todas partes.




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Un paquete había sido entregado y predispuesto según sus ordenes. El guía observaba con una ansiedad repleta de curiosidad por la ventana de su habitación aguardando por el momento propicio para ir a recibirlo.

Ya se habían cumplido unos cinco días, durante ninguno de ellos fue a visitarlo. Ni siquiera a mirar su figura. Algo dentro suyo temía que sus expectativas no respondieran a la realidad, y que su necesidad de arte se desvaneciera ante sus pies.

Fue por ello que mantuvo su mente ocupada intentando rellenar con destreza los huecos de su mente con nuevos objetivos. El evento del baile figuraba para él la principal de las obligaciones a pesar de que sólo se tratase de algo superficial, de rutina.

Pero hoy no. Hoy se decidió a quitarse la venda que durante tanto tiempo cubrieron sus ojos para desvelar una de las maravillas del mundo. Iría a visitar al ángel.

Nadie tenía permitido verlo, mucho menos divulgar su existencia, y de aquello se cercioraba constantemente. Su plan estaba siendo pulcramente ejecutado y no habría nadie en la historia de la creación capaz de impedírselo.

Había designado a dos guardias que trabajaban por turnos para vigilar el lugar y llevarle comida, para comentarle si algo más sucedía.

Se enteró gracias a ellos que el ángel era demasiado silencioso para su propio bien. Varias veces tuvieron que chequear que siguiera con vida debido a la ausencia de sonidos, por más mínimos que resultaran.

Mientras subía las multitudinarias escaleras se sintió cada vez más sumido en aquella singularidad que sólo lograba acaparar su atención cada vez más, cada segundo que pasaba.

Tal vez fuera mudo, aquello le otorgaría un tinte nuevo a su belleza espectral. Tal vez estaba simplemente predispuesto a su destino. Tal vez simplemente no tenía intenciones de batallar, ya no más.

Llegó a su destino y con un movimiento sutil de su cabeza despidió a los guardias, confirmándoles que no precisaba en ese momento sus presencias. Una vez abandonaron el recinto, llenó sus pulmones de aire fresco y abrió la puerta de la habitación.

Lo vio de espaldas. Cabello oscuro, porte pequeño al igual que su presencia, aunque no sabía diferenciar con exactitud si aquella era su verdadera anatomía o si los últimos días de cautiverio habían deteriorado su ánimo hasta el punto de contentarse con ello.

Incluso al escucharlo entrar no volteó su vista. Había asumido su papel de cautivo demasiado rápido para su gusto, y su figura tan humana y enmarañada pronto comenzó a decepcionar a Acuario, pero no quiso terminar ahí.

—¿Puedo ayudarte con algo? —dijo el pelinegro sin dar un paso más adelante, para no alertarlo.

Finalmente el ángel ante él lo observó, perfilándolo con aquellos ojos que le describieron los confines del universo. Estaba triste, lo supo por sus párpados teñidos de rojo. Ni siquiera estaban abiertos de par en par pero ya se había llenado de unas rotundas ganas de poseer aquello que no era suyo.

𖠗 angel by the wings | zodiaco BL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora