Te has ido y con tu partida nos has dejado a todos incrédulos ante el hecho de que no volveremos a verte más. Creo que nunca se está preparada para dejar ir a alguien a quien amas tanto, alguien que es parte de tu vida, de tus días, de tu ser. Te has ido y con ello te has llevado infinidad de sonrisas, en su lugar has dejado un mar de lágrimas, lágrimas que no cesan, lágrimas que duelen.

Me gustaría decirte que he estado bien, que no te preocupes por mí, que he vuelto a sonreír. Lamentablemente no es así. Me sigues doliendo en lo más profundo de mí y es que sin mentir te he necesitado demasiado. Te he echado mucho de menos y no ha sido fácil asimilar que ya no vuelvas a estar nunca más a mi lado, al menos no físicamente.

Me sigue haciendo mal ver nuestras fotografías. Quisiera no llorarte más, porque sé que no te dejo descansar, a veces sueño que has regresado y me siento tan feliz como no lo soy desde que en aquel frío ataúd tuve que darte un último beso y decirte adiós.

Quisiera detener el tiempo, pero entre más lo deseo parece avanzar con más rapidez, pero también deseo y deseo con todas mis fuerzas pedir cinco minutos más de sueño o que simplemente nadie me despierte, pero entonces sucede, vuelvo a la realidad, una triste realidad en la que ya no estás.

Te Esperaré En el CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora