Tony se presentó frente a Loki con una sonrisa de gato, estaba muy seguro de su triunfo. Incluso sobre el amigo de Steve, Bucky.
No tenía ya ningún resentimiento en contra de James, sus padres no eran un buen recuerdo y el hombre no estaba en dominio de sí mismo. Sería injusto culparlo.
Aunque le costó aceptarlo, porque dejar ir ese odio, significaba aceptar que nunca fue querido por sus padres y eso dolía demasiado.
Pero en ese momento eran todos enemigos. Todos querían ser padrinos del pequeño rubio y solo dos de ellos podrían serlo.
Bueno uno, porque con lo que le iba a ofrecer a Cuernitos, estaba seguro de que no se negarían.
—¿Stark?– Loki arrullaba a su bebé. Mientras hacía aparecer imágenes que se movían con el cuento que le contaba.
—Vengo a negociar contigo.
—¿Negociar? Stark, negociar implica que tú, tienes algo que yo deseo y lo dudó realmente.
—No estés tan seguro.– Tony le mostró el contenedor.
Una réplica exacta del teseracto, descansaba frente a él.
—¿CÓMO DEMONIOS ES QUE TIENES ESO?
Draco comenzó a llorar y Tony sonrió, ya la tenía ganada.
—Eso no lo voy a discutir contigo. Pero voy a dártelo.– los ojos de Loki se abrieron con asombro —Siempre y cuando yo sea uno de los padrinos de Draco. El más importante de los padrinos obviamente.
—Casi logro destruir tu mundo con...– señaló el teseracto —Y vas a dármelo de regreso, solo por ser...
—Si, el padrino de tu hijo.
—¿Qué trampa hay en esto?
—Ninguna, una vez que sea el padrino de tu hijo, te lo daré cuernitos. ¿Lo tomas o lo dejas?
No hay mucho que decir después de eso, cuando nombraron a los padrinos de Draco un Tony con una sonrisa marca Stark y un Bucky muy feliz.
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Renacer: La Venganza de un Dios.©
FanfictionSeverus sacrificó su vida y su realidad para darle a Draco una oportunidad de salir de esa guerra que solo había arrebatado vidas. Así que uso un poderoso hechizo para volver en el tiempo y depositar el alma de su ahijado en el vientre de un portado...