Se siente diferente todo a mi alrededor, el espacio y la energía con la que converge, incluso el aire que llena mis pulmones puedo notar las diferencias casi imperceptibles a los sentidos humanos; aprieto los puños que se sienten ajenos a mí, se me instala una extraña presión en el pecho y por primera vez en mi larga y efímera existencia quiero llorar.
De repente logro desprender las extrañas continas que impiden mi vista y la luz fría es todo con lo que mis pupilas se estrellan, la sensación pesada y asfixiante de repente desaparece y es entonces que noto que unos brazos me sostienen lo hacen con sumo cuidado sin dejar de lado la firmeza, poco a poco la niebla en la que mi consciencia está envuelta se disipa el mundo toma forma y puedo reconocer el espacio en el cual me encuentro, un lugar que de hecho me resulta familiar.
—Claro —pienso.
Luz blanca y fría igual que su temperatura, paredes blancas y el ruido de máquinas que se encargan de mostrar signos vitales o mantener con vida a las personas.
Por supuesto, tiene sentido para mi despertar en un hospital, ¿Cuánto tiempo habrá pasado?, necesito preguntarle al extraño que me sostiene, aunque eso no tiene mucho sentido ¿Por qué me sostiene? Cuando trato de hablar no alcanzan a salir más que sonidos incomprensibles de mi boca no entiendo nada trato de mirar al extraño y darle alguna señal con mis ojos.
—Valla, mira nada más que ojos tan expresivos— Dice el extraño mientras me observa con detenimiento.
¿Tengo algo en la cara? o ¿Qué se trae este sujeto?
La situación actual se hace cada vez más rara para mi gusto, hago otro vano intento de hablar, pero de nuevo salen los estúpidos sonidos que parecen más balbuceos de bebe que otra cosa, esto ya me está empezando a hartar, la risa del extraño sujeto gay al que voy a bautizar como "El Imbécil" se hace presente en la sala.
—Pareces un poco impaciente bebé —me dice mientras lo siento moverse y llevarme con él. Ok, voy a pasar por alto el bebé porque claramente si es un gay de primera, ahora mi verdadera interrogante es como carajos es capaz de moverse tan ligeramente mientras me sostiene, no se ve tan corpulento a diferencia de mí. Toda la ola de pensamientos inservibles se dispersa en cuanto el sujeto se coloca enfrente de un espejo, mi vista va hacia el frente topándome con unos ojos que no son míos, pero lo que más capta mi atención es que el ser que me regresa la mirada es pequeño como un recién nacido parece frágil y se encuentra desnudo.
—¡AAAHHHHH! —Es todo lo que puede salir de mi boca, de hecho, es tan fuerte el grito emitido que mi pequeño ser da entrada rápidamente al llanto — ¡WAAAWAAA!
—Ya, bebé no llores— Este imbécil cree que con sus inútiles palabras va a mejora mi situación.
— Deberías parar de insultarme bebé, aun te queda un largo camino; estas muy sano tu peso y tamaño son los ideales y logras mantener los ojos abiertos— Espera, ¿Qué? Acaso él sabe...
—Doctor, una pareja lo espera en su oficina— El viejo me entrega a otras manos extrañas y el hilo de mis pensamientos queda suspendido.
—El bebé está respirando, encárgate del resto— Es lo último que dice el sujeto antes de marcharse.
Después de eso todo se volvió más raro, realmente todavía no sé qué está pasando.
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B: Marca Roja
FanfictionEl Universo, el destino, el karma o el mismo Dios me dieron una segunda oportunidad. ¿Qué debería hacer con ella? Esta historia es sin fines de lucro, todos los personajes pertenecen a Eva Muños.