Peaches & Blueberries » [KAISOO]

ღ Especial XXI ღ

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«Te amo»

Y pese que fue otra voz la que lo pronunció, aquello resonó en su mente con muchísima claridad, casi como si aquel que hablaba quisiese que se quedase grabado en su memoria hasta el final de sus días.

«Te amo»

Volvió a resonar en su cabeza y poco a poco, su difuminada visión fue aclarándose en parte tras abrir los ojos, sus párpados pesaban horrores, tanto que pensó conveniente dejarse vencer para ganar tranquilidad otra vez... sin embargo, el joven jamás pensó que esa tranquilidad vendría tras conectar sus adormilados ojos con un par avellanados los cuales, pese a su evidente preocupación reflejada, transmitían también un inigualable sentimiento de calidez, pureza y amor.

KyungSoo volvió a cerrar los ojos, sabiendo de antemano de que todo estaría bien.

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Una capa color azul oscuro cubrió su cuerpo perfectamente y en seguida se montó en su caballo preferido, uno de pelaje blanco el cual cómplice y testigo había sido siempre de las millones de huidas del castillo que el desobediente príncipe realizaba. Pero en aquella ocasión, no se trataba porque simplemente el príncipe de corona de gemas azules deseaba respirar aire fresco en los bosques de su reino, sino porque había escuchado una pequeña charla entre los caballeros guardianes, principalmente de Pyotr, el caballero de armadura plateada a quien desde años conocía. En esa charla mencionaban a Sevastyan, su apuesto caballero de armadura rosa... su novio.

—¿Se enteraron? El Gran Duque se encuentra en el castillo hoy.

—Es cierto, lo vi ingresando.

—Y no venía solo — Pyotr sonrió, desenvainando su espada — Su hijo menor venía con él. Es un chico muy agradable, quizás más joven que nosotros, por eso mismo Su Majestad envió a un caballero a cuidarlo mientras daban un recorrido por los alrededores.

—¿Quién fue con él?

—¿Quién más sería? Nuestro abnegado Sevastyan, incluso se ofreció a acompañarlo. 

Ippolit hizo todo lo posible para no ser visto, aunque sintió que Pyotr ya había notado su presencia ahí, empezando a actuar con más soberbia o autoridad frente a los caballeros que seguían únicamente las órdenes de Sevastyan. De todos modos, Ippolit se convenció de no haber sido visto, no quería fomentar preguntas entre los caballeros debido a su presencia en la zona de entrenamiento, pero era que necesitaba ver a su caballero... casi como a cualquier minuto del día.

«Ese vulgar plebeyo»