ღ Acto Dos ღ

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KyungSoo llevaba cerca de quince minutos de retraso, por supuesto que no pensaba entrar a la primera clase oliendo a un rancio hedor de durazno por sobre su cuerpo, su chaqueta había sido arruinada al igual que parte de su camisa y pantalón; pensó en correr hacia su edificio y cambiar de muda pero se retrasaría mucho y darse el lujo de perder una clase de Choi no era recomendable.

Al intentar quitar la mancha de jugo de durazno de su chaqueta de cuero, no consiguió más que dañar el material; así que enfurecido con la vida, KyungSoo arrojó su valiosa prenda al cesto de basura del baño. Respiró pesado viendo con sus fulminantes ojos su chaqueta y deseándole la muerte incluso al chico responsable de todo.

Maldijo y recontra maldijo al pelirosa que tuvo la gracia de joderle la mañana, lo peor es que KyungSoo sentía que todo esfuerzo por haber querido llegar temprano a clase, había sido en vano gracias al incompetente «bailarín» que se le cruzó hoy.

Con algo de vergüenza, ingresó a la clase deslizando lentamente la puerta corrediza recibiendo una negación por parte del maestro Choi y los cerca de cincuenta pares de ojos que cayeron sobre él de inmediato. KyungSoo hizo una pequeña reverencia y buscó algún asiento vacío entre las largas filas ascendientes que tenían los estudiantes como asientos. Debido a su astigmatismo, KyungSoo se encaminó hacia el primer lugar disponible que alcanzó a duras penas ver.

Se sentó y fingió prestarle atención a las aburridas palabras del maestro, y como estaba realmente fingiendo, KyungSoo necesitaba aparentar estar interesado en la clase por lo que tomó un cuaderno de su mochila junto con el libro del curso para después tomar algún bolígrafo... pero... ¿y el bolígrafo?




«¿Dónde diablos está mi boli?»




Y recordó. Durante sus minutos en el baño limpiándose el batido de durazno del cuerpo, había quitado todo lo que estaba dentro de su mochila para buscar un pañuelo y ahora que lo pensaba bien, KyungSoo no recordaba haber guardado sus lapiceros dentro.

Lanzó un frustrado suspiro, había empezado con el pie izquierdo de la peor manera. Cubrió su rostro con una mano pensando en qué cosa mala había hecho en la vida para tener la peor de las suertes, y entonces, las cosas no pudieron ir aún peor; KyungSoo sintió un aura tensa y el asqueroso aroma a colonia de limón, quitó la mano y miró hacia la izquierda, ahí no había nadie por lo que el dueño o la dueña de esa aura y aroma estaba a su derecha. Frunció el ceño y giró la cabeza encontrándose con la persona a la cual le hubiese gustado tanto arrancarle la cabeza con los dientes. El pelirosa.

JongIn se mantenía rígido debido a la letal amenaza que significaba estar cerca a Do KyungSoo. El bajito podía observar la tensión en el cuerpo del moreno, los hombros rígidos al igual que el cuello y la mirada clavada en frente sin ninguna clase de expresión. Y aunque el pelirosa hubiese sido la última persona en el universo a la cual KyungSoo quería ver, se sintió orgulloso del efecto intimidante que causaba en él.




—Vaya, vaya — susurró con sorna — Es el idiota de hoy.

Peaches & Blueberries » [KAISOO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora