20: Run away

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—A veces es necesario caer
Para poder levantarnos con
Más fuerza .

Llevamos como una semana sin hablartranquilamente, me dí cuenta de cuanto lo herí el día anterior

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Llevamos como una semana sin hablar
tranquilamente, me dí cuenta de cuanto lo herí el día anterior. Ésto no es fácil para mí, siempre aborrecí a los padres que golpeaban a sus hijos con o sin justificación.

Porque la verdad, la violencia no se justifica con nada.

Las personas que conocí en mi vida me
han dicho que soy fuerte, que no temo
a enfrentarme a algo que no me parece
correcto y eso trato de hacer con Felix,
intento sacarlo del entorno en donde creció,
un entorno lleno de golpes, maltratos y humillaciones.

Volví a cenar solo, con la luz eléctrica
intentando iluminar mi soledad, con la fría brisa tratando de reemplazar el cuerpo caliente demi novio.

O por lo menos, quiero creer que sigue siendo
mi novio.

Ramen era lo que cenabamos, él se había
llevado su bote a su habitación y yo me
mantuve en la cocina, ni siquiera me senté en
el comedor, solamente saqué el ramen del
microondas y comencé a comerlo.

Todo estaba muy silencioso, me acostumbré
a sus comentarios emocionados de cómo
progresaba con su carrera, de cómo su
profesora lo felicitaba por su excelente
desempeño e interés en el tema.

Me acostumbré a escuchar sus te amo.

Sorbí mi nariz y limpié las lágrimas que estaban a punto de salir con mi brazo, este no soy yo, jamás he llorado por alguna  persona.

Tal vez.. tal vez si estoy enamorado
Pero se supone que no hieres a la persona que amas y es lo que yo hice, estoy confundido.

Llevé los palillos que sujetaba el ramen a mi
boca tratando de distraerme y no pensar en
cierto chico rubio.

Fué inútil, al poco rato se apareció él con su
bote en manos y sus ojos rojizos al igual que su nariz.

Chocamos miradas sólo por unos segundos
ya que después la apartamos. Tiró, lavó y
guardó distintas cosas ya que había terminado de cenar. Traté de mantenerme indiferente manteniendo la vista en el bote de ramen hasta que él se vaya.

Pero no se fué, se quedó parado, no sabía si
estaba mirándome, si estaba llorando o si
estaba haciendo otra cosa, no me atrevía a
levantar la mirada.

El ramen pronto se acabó, degusté la última
porción lento tratando de pensar en otra
excusa para no verlo porque, si lo veía una vez más con sus ojos rojos siento que yo igual me romperé y odio que me vean asi.

Felix no es ningún tonto, obviamente se
dió cuenta de lo que trataba de hacer. Se acerco más a mí y no tuve de otra que dejar el bote vacío en la reposadera que había detrás de mí.

Purple Thread  (Minlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora