«Voy a tatuarme en la piel. Tu inicial porque es la mía. Para acordarme para siempre.
De lo que me hiciste un día.
De lo que me hiciste un día»
Sakina era una mujer que constantemente arrastraba los pies, caminaba con delicadeza, y miraba absolutamente a todos lados antes de atreverse a tomar la increíble decisión de dar un solo paso hacia delante, tan solo para después ahogarse por el pánico y los nervios y retroceder lo poco que había logrado avanzar. Sakina Orcal vivía mirando el suelo o el horizonte, manteniendo la cabeza abajo en nombre de la vergüenza que eternamente tendría que mostrar, o soñando despierta con la posibilidad de que algún día aquel hombre que en barca se fue vuelva para recompensarla por todos los años de dolor y soledad. Sakina Orcal es incapaz de atreverse a soltar el pasado y los pecados que en ella un pobre diablo dejó grabados. Lo había intentado de todo para poder olvidar, para mirar hacia adelante y dejar el dolor del desamor abandonar su corazón: beber hasta olvidar, buscar el abrazo de otro hombre o de alguna mujer, ocupar su mente en cualquiera otra cosa que no fueran los terribles recuerdos, aprendiendo mil cosas pero dejando que todas fueran infectadas por las lágrimas de aquello que actualmente eran solo trozos de un corazón antiguamente enamorado.
Y así era Sakina la mayor parte del tiempo, mirando al horizonte o al suelo preguntándose por qué tenía que vivir con este estigma, por qué tenía que vivir en esta vergüenza, preguntándose mientras sollozaba por qué su marido había decido tomar una barca tan pequeña e irse él solo.
Pero hoy era diferente, hoy deja la ventana y el suelo olvidados y con orgullo mira hacia adelante, hacia precisamente lo que aquella magnifica academia prometía, mira fijamente sonriente y con las mejillas secas hacia aquella preciosa promesa de aquel bellísimo curso. Hoy día Sakina se levanta de un brinco y parece querer ponerse a bailar al ritmo de los cantares de los pájaros que surcan los cielos de Rosas, hoy día Sakina se viste en un acicala y se viste en un segundo, sin pensar en los pasos que da de aquí para allá. Prepara el más delicioso de los desayunos y va dejando listo una merienda que dejaría a cualquiera con la boca hecha agua. Y canturrea y canturrea mientras mueve las caderas, era imposible que nadie en este mundo pudiera estar más feliz de lo que Sakina estaba en ese momento.
Y lo que hace la alegría tan majestuosa es que es más contagiosa que cualquier otro sentimiento, por lo que ante los canticos y risillas de la matriarca de la casa, los otros dos miembros de la familia no tienen más opción que levantarse con sonrisas, preguntándose mudamente que había sido aquello que finalmente le había regresado la felicidad. Fue Sabino el primer en caer en cuenta, y motivado por el motivo que impulsó hace unos minutos a Sakina, el señor se levanta encantado con la vida, se prepara para el día en un santiamén y se une tan perfectamente a los cantos y danzas de Sakina que parece que siempre fueron un dúo.
Hoy era el día tan esperado, finalmente estaba allí, la oportunidad que llevaban más de quince años esperando, la oportunidad de que el nombre de los Orcal jamás se vuelva a relacionar con Khalid.
Asha se estira contenta en su cama, oír a su familia tan feliz hace que el corazón le dé gustosos vuelcos en el pecho y hace que la esperanza la abrume tanto que incluso los nervios y la duda terminan desapareciendo. Se levanta motivada, disfrutando de la brisa que mueve sus trenzas y las decoraciones que colgaban de las paredes de su habitación, pero decide cerrar las ventanas una vez algunas hojas que se habían desprendido de los cercanos árboles empezaron a entrar en su habitación, Asha adoraba la naturaleza, pero realmente no le gustaba la idea de luego tener que barrer todo lo que llegara a entrar. Finalmente se levanta por completo, ata rápidamente su cabello en un pañuelo que impida que tuviera las trenzas en la cara mientras se arreglaba.
ESTÁS LEYENDO
At all Cost [Wish retelling]
FanfictionSiguiendo los pasos de su padre e imitando las acciones de muchos otros jóvenes de edades similares, la joven Asha, a tan solo tres meses de cumplir dieciocho años, se presenta para el curso del Futuro Real para algún día conseguir el puesto de apre...