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«En la bandera de la libertad bordé el amor más grande de mi vida»

Cuentan los viejos del reino la historia de cómo fue que este sueño se fundó, los encontrarás sentados en circulo, bañándose bajo los rayos del sol, alguno jugueteando con las duras cuerdas de su laúd ya tan antiguo como ellos, alguno otro picoteando y comiendo de cacho en cacho algún trozo de pan, porque así es como las gentes viejas de Rosas disfrutan cada comida, sobre todo el pan, pues recuerdan aquellos tiempos donde solo uno de esos pedazos debían de durarles semanas enteras si no querían sufrir el dolor de la hambruna. Si dejas tu camino y decides retroceder en el tiempo al sentarte con ellos, los viejos del reino esta historia te contarán. Sus caras se pondrán serias, y sus espaldas rectas como los mástiles en los que se alzan nuestra bandera, y aunque mil veces por ellos llamen, no se levantarán hasta terminar correctamente el relato de la fundación de Rosa.

Te hablarán de quien nos gobierna a toda la pacifica gente de estos lares, te hablarán de su pasado y del mundo más allá de las aguas que nos mantienen apartados del mundo. Te hablarán del rey Magnifico y de todo aquello que aprendió en el mundo continental. Un niño peculiar al que se le fue concedido un nombre del mismo porte que aquel futuro que le aguardaba, tan solo aquellos que eran ciegos eran capaces de pasar por alto que había algo extraño y esplendido en el vivaz muchachito, porque incluso esa mirada brillante por sí misma era suficiente para probarle al mundo entero que pudiera observarle el hecho de que con su vida no traía nada más que maravillas. Te hablarán del gran sueño que llenaba su corazón desde una edad muy temprana, te hablarán de todo el amor contenía en su interior, de todo lo que significaba conseguir un buen futuro para él, de lo mucho que se preocupaba por absolutamente todo y de todos a su alrededor

Y cuando te tengan en la palma de su mano, acunándote tiernamente entre los dulces y suaves relatos del tierno pasado del gran amado líder, entonces y solo entonces los ancianos del reino te dejarán caer en las tinieblas y en los horrores que supone el resto de la historia. Una vez estés orgulloso de saber que nuestro reino es el sueño cumplido de un muchacho aparentemente elegido por todo lo divino, entonces los ancianos del reino de Rosas te contarán de la Noche Deslumbrante, aquella fecha en la que portadores de magia oscura y salvaje incendiaron a tal nivel el pequeño pueblo rural de Tájar que las ciudades y vecinas creyeron que el sol se había levantado antes de tiempo sobre sus vecinos, creyeron que la tierra se había abierto y que el infierno se estaba tragando a las gentes de aquel inocente terreno. Los ancianos de Rosas se alzaran las mangas y las telas de sus pantalones, te mostrarán las cicatrices y las quemaduras que aquella fecha dejó en sus cuerpo, te abrirán sus corazones, aquellos que de su cuello cuelgan y aquellos que entre sus carnes se resguardan, y te mostrarán los rostros, pronunciaran los nombres y narraran las historias de aquellos que aquel incendio asesino perdieron. Y te contaran que de entre los amados de Magnifico tan solo quedó la mujer a la que amaba.

Los ancianos de Rosas de contarán como Magnifico, tan joven e inocente en aquellas épocas, se había quedado agazapado, oculto y sollozando, viendo como aquellos salvajes endiosados con su cruel poder inhumano arrancaban de los carbonizados cuerpos de sus vecinos esferas de belleza y luz que replicaban los deseos más preciosos e importantes de cada uno de ellos, de cada de los que ahora solo eran cenizas y carbonizada carne. Y ve como esas gentes con esos deseos se alimentaban para su fuego infernal avivar.

Los ancianos te lo contarán en ese preciso momento, pero te dejarán en claro que esto mismo a Magnifico le tomó décadas conocer. El alma de cada ser vivo está divida en tres partes: Su mayor deseo, aquello que completado le traerá paz, la satisfacción y le permitirá descansar en paz eternamente una vez fallezca. Su amor y su compasión, que le trae la felicidad, la capacidad de empatizar con otros seres y el imán para toda la buena suerte. Y, finalmente, el odio, la parte que guardara el rencor, la incapacidad de perdonar y será imán de la mala suerte.

Tras escapar milagrosamente de aquella terrible desgraciada, llevándose consigo únicamente a su amada Amaya al no poder salvar a nadie más, Magnifico logra estudiar la magia, conocer las partes de su alma y, sobre todo, comprender la magia con la que aquellas bestias disfrazadas de humanos controlaban solo para el mal. Le costó años y años de práctica, pero finalmente Magnifico logró el poder suficiente, la habilidad suficiente para, humildemente, ponerse bajo el control absoluto del califa y ayudarlo en su tarea de librarse de los males del calibre que esos crueles salvajes que atacaron Tajará.

Pero esos salvajes no eran salvajes como tales, ni nada similar, eran hombres del califa, perros del estado, atados correctamente en largas correas, entrenados para cazar y masacrar a todo aquel poblado que se llegara a creer lo suficientemente soberbio para negarse a pagar los más que lógicos impuestos.

Y espantado por la podredumbre que marcaba las raíces del califato en el que tanto confiaba, Magnifico solo tuvo a su amada Amaya para recordarle la importancia de la compasión, de la empatía y del perdón, de aquella parte de su alma que era pura y buena, basada únicamente en el amor por la humanidad que sentía. Eso fue lo que lo alejó de la venganza e hizo que aprovechara sus fuerzas y medios para fundar lo que hoy conocemos como el paraíso en la tierra.

En el reino de Rosas no hay dolor, no hay corrupción, no hay hambre ni mucho menos posesión, no hay fronteras cuando tu parte del amor es lo suficientemente grande y solo existe la satisfacción de que el rey Magnifico con su magia te conceda tu mayor deseo. Y en Rosas se vive bien, se vive en paz, las gentes nuevas dejan todo lo que conocían afuera y aprender a amar, a amar como niños, a amar como inocentes, a querer compartir su felicidad.

En el reino de Rosas no existe el temor, por mucho que aquel hombre intentó traerlo.

Cuando los ancianos de Rosas te terminen de contar la historia del rey Magnifico y su querida esposa, entonces procederán a contarte la historia de aquel hombre que casi lo destruye todo.

Khalid Orcal, el hombre que casi lo destruye todo.

Khalid Orcal, el hombre que quiso devorar los deseos de Rosas.

Khalid Orcal, su nombre suena a leyenda, porque de él solo quedan historias por el viento contadas.

Khalid Orcal, no debes tenerle miedo, ya no está.

Khalid Orcal, cuando el rey Magnifico lo derrotó, el mismo se desterró lejos de la isla, hacia el continente del norte, dejando atrás a su familia, dejándolos marcados por su nombre.

Khalid Orcal, ¿pensabas en tu hija Asha cuando al reino quisiste condenar?

At all Cost [Wish retelling]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora