Capítulo 2: Tengamos un bebé
Desde la llegada de la pareja del señor Wayne, el señor Fleck, a la mansión, muchas cosas habían cambiado. Uno de esos cambios era que todos los dias, exactamente a finales de la tarde cuando el reloj marcaba las cinco, hora de llegada del señor Bruce, el señor Fleck esperaba en la sala principal al empresario para entablar una pequeña conversación antes de la cena. Y Alfred se había tomado la obligación implícita de llevarles café y algún aperitivo para acompañar la amena conversación.
Por eso, cuando las manecillas de su reloj de bolsillo marcó las cinco con menos cinco de la tarde, el mayordomo recogió la bandeja de plata y caminó con pasos tranquilos hacia la sala principal. Al estar cerca de la estancia, una sensación de inquietud se instaló en su interior por el silencio.
—¡Bruce, tengamos un bebé!— Alfred detuvo en seco sus pasos al escuchar la voz del señor Fleck.
—¿Qué?— preguntó la voz llena de incredulidad del joven Wayne.
Alfred decidió mantenerse a mitad del pasillo, a unos cuantos pasos de la entrada de la sala. Se quedaría ahí, y solo entraría si debía hacer una intervención estratégica.
—Como escuchaste. Quiero un bebé — repitió, pero, esta vez, su voz no sonó tan segura.
Bruce observó a su pareja por un momento y soltó un suspiro al ver la luz de miedo en sus oscuros ojos, se acercó y tomó el rostro contrario entre sus grandes manos. El guasón cerro los ojos al sentir como los pulgares contrarios acariciaban sus mejillas.
—Si te sientes solo, puedo comprarte un perro o un gato — sugirió. El hombre abrió los ojos para dirigirle una mirada molesta.
—No quiero una mascota. Quiero un bebé — dijo en tono quejumbroso. Le comenzaba a molestar que su esposo estuviese jugando con él y no se tomará su petición en serio — Un bebé tuyo y mío— señaló primero a Bruces y después a él.
— ¿Sabes que aunque lo hagamos muchas veces no puedes quedar embarazado, verdad? Es biológicamente imposible en un hombre — comentó en un intento de broma.
El Guasón parpadeó dos veces viendo en silencio a su esposo, para un minuto después soltar un bufido y soltarse del agarre.
—Bruce, estoy hablando en serio. No es una broma — rebatió molesto mientras se alejaba unos pasos.
—Estoy hablando en serio, Arthur — frunció el ceño el caballero— Tener un bebé no es como ir a un árbol y arrancar un fruto de su copa, es una responsabilidad de toda la vida — Arthur le dirigió una mirada dolida a su esposo.
—Esto no es un impulso, Brucie. Lo... Lo pensé mucho antes de decírtelo— su voz salió baja y bajó la mirada para ver la pequeña ropa que aún estaba entre sus dedos — Tenía pensado hacer la pregunta está noche en la cena, pero se adelantó — subió la cabeza para ver rostro inexpresivo de su esposo. Era como una roca.
Bruce acortó la pequeña distancia que su pareja habia creado, tomó la mano contraría y lo jaló suavemente hacia el sofá. El príncipe se dejó hacer y no se opuso cuando lo sentó en la mesa ratonera mientras él se sentaba en el sofá, quedando uno frente al otro.
— Mis padres fueron asesinados cuando apenas era un niño, fui criado por mi mayordomo y decidí convertirme en Batman para combatir al crimen que estaba consumiendo a Ciudad Gótica. Tengo cuatro hijos, y prácticamente no los pude criar, además, uno me odia. No se expresar mis sentimientos y suelen decirme que no tengo corazón ¿Crees que soy el mejor persona para ser un padre? — preguntó antes de envolver las delgadas manos entre las suyas y darle un suave apretón. Arthur escuchó con atención cada una de las palabras y soltó un suspiro derrotado ante la pregunta.
— Soy un criminal, terrorista, ex- convicto y soy conocido como un desequilibrado mental. Mis manos están llenas de sangre y las consecuencias de mis decisiones van a a seguirme por el resto de mi vida. Fui un huérfano y nunca tuve una imagen parental en mi vida— soltó una sonrisa vacía por lo irrisorio que podía ser la situación ¿Un criminal con problemas mentales y un superhéroe con problemas emocionales siendo buenos padres? Es tan siquiera una locura el pensarlo, pero aquí estaban, conversando al respecto — No, no somos el mejor ejemplo de las mejores personas para ser consideradas padres, pero quiero hacerlo, Bruce. Lo siento aquí — sacó su mano del capullo en la que estaba envuelta y llevó la mano más grande hasta el centro de su pecho, donde latía su corazón.
En ningún momento, apartó su mirada de la contraria quería demostrarle a su esposo que su deseo no era banal. Iba en serio.
El empresario negó con la cabeza, no estaba convencido de esa idea— Es una locura
El payaso subió los brazos y tomó el rostro de su amor con sus manos — Podemos hacerlo, Bruce. Si estamos juntos podemos hacerlo— susurro en tono muy bajo.
El caballero miro con detalle la mirada oscura y no encontró duda en ellos, en cambio, brillaban con un resplandor que no había visto antes. Su corazón comenzó a latir con rapidez cuando el pensamiento de un pequeño niño corriendo por la mansión cruzó su mente.
Una sonrisa bailó en los labios finos del empresario.
—Deberemos hacer varias llamadas y concertar algunas citas en los orfanatos que estan bajo el nombre de la familia Wayne — subió los brazos y cubrió las manos delgadas con las suyas mientras giraba la cabeza para dejar un pequeño beso sobre la palma de la mano derecha.
El payaso abrió lentamente la boca y se fue transformando en una gran sonrisa. Por impulso, se levantó de la mesa ratonera y se lanzó sobre Bruce, envolvió sus brazos alrededor del cuello.
Alfred tenía más de cinco décadas prestando su servicio a la familia Wayne, y a acompañado al joven Wayne en cada uno de los eventos que han ocurrido en su vida. Siempre a su lado, protegiéndolo, aconsejando y cuidándolo. Y podía decir con seguridad, que está era una de las pocas veces que el joven Bruce había reído de verdad.
Si, ahora debía arreglar una habitación para el nuevo joven amo.
Ese fue el pensamiento de Alfred antes de continuar su andar y entrar a la sala de estar, aún no terminaba la hora del aperitivo.
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Bat-baby (Batjokes)
FanficUna pequeña historia que relata la vivencia del Joker y Batman para ser padres.