Lazylen era el total opuesto a su padre, se podía decir que tenía más inteligencia y menos locura, compartiendo solo el físico. Aunque a veces era dudable con sus insistentes molestias hacia todos los Mad. Como era más inteligente en vez de atacar al Alice que le había tocado, decidió observarlo primero. Queriendo reír cada vez que él paraba a pensar qué camino tomar. ¿Pensar qué camino tomar en Wonderland? Se notaba que era un extranjero.
El Alice que le había tocado era de lo más interesante. Tenía el cabello rubio oscuro, pero siendo un tono más claro que el de la liebre, también tenía una leve vuelta que parecía ser falsa de tan perfecta que se veía. Era sin duda más alto que la liebre, lo cual no le hacía gracia, pero aun así lo encontraba interesante, su piel era clara, como si no tendiera a coger sol, un gran contraste a la piel morena de Lazylen. Por último y lo que más le llamaba la atención eran los enormes ojos azules grisáceos que cautivaban a cualquiera, estando en algún punto exacto que no se sabría decir si eran azules o grises. Sus ojos caían perfectamente con su rostro contrastándolo de forma asombrosa, tenía unas facciones marcadas y a la vez delicadas. A su mente llegaban las palabras hermoso y obra de arte, mientras lo observaba caminar en silencio.
Este Alice había caído en un hoyo cuando la tierra tembló y se había alejado sin pensarlo dos veces de los otros dos. Comenzando a caminar en el enorme laberinto que era bajo Wonderland, mejor dicho, en la madriguera. Todo bajo el bosque le pertenecía a la familia de la liebre. En pocas palabras, Lazylen había nacido en ese laberinto, dándole total ventaja ante el otro. Sonrió para sí mismo, esto sería sin duda divertido.
Llevaba ya un rato que lo estaba siguiendo y se estaba comenzando a cansar de dar tantas vueltas, así que se acercó por detrás al Alice con la intención de mostrarse algo así como tendía a hacer Riddle, el gato que tanto los asustaba con sus apariciones momentáneas y siempre tan épicas. Esperó paciente a que se volteara, grande fue su sorpresa cuando no lo hizo y contrario a lo que pensaba siguió caminando. Dejando a una liebre desconcertada que ahora estaba algo molesta, había perdido la oportunidad de tener una buena entrada.
¿Cómo le hacia el gato para siempre tener entradas épicas?
Cuando miró al Alice notó que ya se había adelantado bastante, así que tuvo que perseguirlo para no perderlo de vista. Silencioso se comenzó a acercar, hasta estar a tan solo unos pasos de él. Luego con voz firme comenzó a hablar.
—Por fin nos conocemos, Alice —saludó, notando como el otro se ponía tenso al escuchar su voz. —Ya era hora de que nos encontráramos...— No pudo seguir hablando porque tuvo que evitar un ataque sorpresa por parte del Alice.
—Vaya susto —suspiró el otro chico mientras se volteaba—. Ya se me hacía extraño que no aparecieras —mencionó mirándolo directo a los ojos. Causando que la liebre olvidara lo que le iba a decir—. Desde hace un rato noté que me seguías —comenzó a relajarse, mientras recargaba el peso de su cuerpo en una de sus piernas. —Soy Zwane Britter, Alice es mi madre —aclaró. Odiaba que lo confundieran con otras personas.
—Lazylen, es mi deber llevarte ante la reina. Ya sea por las buenas o por las malas. —La liebre estaba atenta a la reacción del chico. Cauteloso revisando todos sus movimientos. Esperando otro ataque o reacción negativa en cualquier momento.
—La reina... ¿En el castillo? —preguntó, llevándose una mano a la mejilla, como si lo pensara.
—Si, en el castillo. —La liebre se sentía algo confundido por la reacción del más alto, por lo menos se esperaba que lo atacara más.
—Está bien. —Se encogió de hombros restándole importancia.
—¿En serio? —preguntó incrédulo el moreno, no logrando creer las acciones del chico frente suyo. Su cabeza se ladeó hacia un lado en profunda confusión.
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Wonderland, Am I Right? (YAOI)
FanfictionTodos saben la historia del País de las Maravillas, ¿cierto? Pero... ¿Están seguros de que esa es la verdadera historia? Dicen que Alicia perseguía al conejo por curiosidad, ¿será eso verdad? Pues no, esta es la verdadera historia... El país de las...