Capítulo cuarto: La mansión entre los árboles

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—"Entre los árboles existe una mansión" —decía Alicia sentada en una silla mientras mecía en su regazo con cariño a su hijo más pequeño que ya estaba dormido.

Alicia era una mujer hermosa, su cabellera rubia caía lacia con pequeñas vueltas al final hasta mitad de su espalda, sus ojos eran de un llamativo color azul profundo y su piel tersa y pálida, que solo era dañada por una cicatriz que se encontraba en su ojo izquierdo, difícil de esconder, aunque no imposible. Un enorme mechón de cabello caía cubriendo esa cicatriz, dejándola ver delicada una vez más. Sus hijos siempre la observaban en silencio y no se atrevían a preguntar por dicha marca, la única razón podría ser porque ella nunca les mencionó nada. Era como si silenciosamente ella les dijera que no preguntaran.

—"Que le pertenece a la duquesa." —continuaba riéndose un poco al recordar como ella misma había acabado con la duquesa—. "Ahora debe estar abandonada, nadie vive ahí. Solo queda una mascota sin dueño."

Su mirada se perdía por un momento antes de volver y comentarle a los otros tres que estaban sentados en el suelo atentos y temerosos de lo que ella les fuera a decir. Los tres pequeños estaban en su orden de nacimiento, uno al lado del otro, viéndola con sus enormes ojos, en sumo silencio interesados por sus palabras.

—"Ese dueño es Cheshire Cat, su jardín es un enorme tablero de ajedrez o al menos eso me dijo un conocido." —volvió a perderse en sus recuerdos, su rostro era ese que ponía cuando recordaba un amor secreto—. "Un amigo especial a quien le puedo creer" —Su mirada se enfocó en Malice, que la miraba de vuelta expectante, ella siempre había hecho eso, era notoria la preferencia que tenía con el hermano mayor y eso le molestaba al mismo, él siempre había querido a sus hermanos y no le agradaba que ella no los tratara igual.

—"Ahora vive solo sin una dueña a la que seguir, pobre gato que se debe sentir triste." —Fingió pena para ver la reacción de sus hijos, siempre le divertía la inocencia de ellos.

—"Pobre gatito" —expresó Zwane, que para ese entonces era muy sentimental y siempre se apiadaba de los animales.

—"¿Lo podríamos adoptar?" —preguntó preocupado Arisu. Una mano estaba en su mejilla sobándose donde le faltaba un diente que acababa de mudar.

—"Solo si él se deja adoptar. Este gato es muy diferente, tiene pensamientos concretos y se sabe expresar" —les mencionó ella, sonriendo y dejándolos con la duda, pues no habló más.

Se levantó y llevó al menor que dormía a su cama, lo recostó y se dirigió a los demás.

—"Váyanse a dormir, ya es tarde."

Uno por uno se fueron a sus habitaciones y ella solo suspiró. Esa noche crearon suposiciones del gato, pero nada más supieron sobre él.

Esa fue la primera vez que su madre habló de Cheshire Cat. También fue una de las pocas. Alicia nunca dijo nada malo sobre él, llegó a mencionar que podía ser un aliado muy valioso si lo lograban persuadir. Más nunca dijo sobre cómo persuadirlo.

______

Caminaba con cuidado por un sendero oscuro, una mano aguantando firmemente la navaja dada por el mayor. Arisu, el tercer hermano, caminaba temeroso de lo que podría encontrar a continuación. Con su baja estatura y contextura delgada era muy propenso a herirse, habiéndose caído ya tres veces mientras caminaba, otra razón por la que no estaba muy confiado de sus habilidades para defenderse. De entre sus hermanos él caía más en el papel de la damisela en peligro en vez del cazador al rescate.

A su espalda escuchó un sonido, pasos tal vez. Se volteó en seguida, sus enormes ojos azul verdosos intentando visualizar algo entre las sombras. La oscuridad le impedía distinguir cualquier cosa que pudiera esconderse entre los arbustos o los árboles, tal vez en alguna de las ramas, sus nervios no se hicieron esperar siendo evidentes por las manos que temblaban con fuerza. Volteó para seguir caminando, esta vez sintiendo como sus piernas volvían a parecer gelatinas.

Wonderland, Am I Right? (YAOI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora