02: Saludos

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Pt.2

6:40

Felix subió a la parte delantera de aquella camioneta, saludando informal pero respetuosamente al chófer, quien con todo respeto saludó de vuelta, sonriendo.

—Hola, Max.— Felix subió.

—Buenos días, señorito Min. Cómo se encuentra?— Preguntó, encendiendo el automóvil, sin quitar la vista enfrente. Comenzó su trayectoria.

—Mal, no quiero ir a la escuela nueva.— Felix hizo un drama corto.

—No se preocupe, se va a adaptar, y todavía tiene todo su dinero, puede también salir a otros lados después de la escuela, además su padre lo hizo por su seguridad.— Max respondió, con una pequeña sonrisa.

—Si, pero aún así... Bueno, dejemos mis problemas de mimado a un lado, yo quiero saber que tal.— Felix sonrió, emocionado.

—...A qué se refiere?— Se sonrojó.

—Ya sabes a que me refiero, ¿como van las cosas con Nat?— Cruzó sus piernas, una encima de la otra.

—...Pues nada mal, ayer fuimos al centro comercial y... me tomó de la mano.— Al decir esto, Felix chilló de felicidad.

—No. Puede. Ser.— Felix aleteó su mano cerca de su cara, simulando un abanico.

Max sonrió, algo avergonzado mas no incómodo. Entre ellos confiaban.

—¿Y usted?

—Nada. Soy hermoso,— Lanzó un mechón de cabello de su frente hacia atrás. —increíble,— Sonrió mientras rodaba sus ojos. —y amable, pero aún no encuentro alguien para mí. Voy a morir soltero.

—No diga eso, alguien se le cruzará, va a ver.

—Eso espero.

Y continúo su camino hasta llegar a recoger a sus amigos, en una plaza comercial.

—¡Felix llegó!— Han chilló, feliz.

El chófer bajó de la camioneta, caminando hasta el lado del copiloto, dónde se encontraba el pecoso dejando su bolso y mochila en el piso. Max abrió la puerta con una reverencia. Todos los presentes miraron al rubio que se asomaba.

Felix bajó de la camioneta, trotando levemente hacia sus amigos, todos felices de verse.

—¡Lixie!— Han corrió hacia su amigo, este abrazándolo y alzandolo un poco en el aire cuando el pelicafé se aferró de su cuello un poco. No es que era fuerte, pero tampoco era débil, podía partirle la madre a cualquier persona con el peso de su amigo, e incluso un poco más de este. Sabía defensa personal, y para eso no se necesitaba ser totalmente musculoso y gigante.

—¡Hannie-hyung!— Saludó feliz, para después bajar al contrario y dirigir su mirada a sus amigos, quien de la nada ya estaban trotando hacia el con los brazos abiertos.

Suspiró con una sonrisa, dejándose derrotar por las siguientes acciones de sus amigos estaban apunto de hacer.

—¡Felix-hyung!— Todos, literalmente todos, gritaron al mismo tiempo, abrazándolo y haciendolo caer al piso con todos encima, no cayó muy fuerte, su mano logró amortiguar la caída, así que cayó sentado.

—Te extrañabamos mucho, Lixie.— Beomgyu dijo, feliz. Todos dejaron libre al rubio, este sonriendo.

—Yo también los extrañé un ching×, pero aquí estoy de nuevo.— Y era verdad. Antes de entrar a la escuela, tuvo que dejar el país por casi dos meses. ¿Porqué? Pues porque tenía una sesión de fotos. ¿Dónde? En París.

Public School? Ew!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora