~6~

136 11 0
                                    

MARATÓN 1/4 (esta era la sorpresita 🫶🏼🫶🏼)

El señor Weasley nos despertó cuando llevabamos sólo unas pocas horas durmiendo.

Usó la magia para desmontar las tiendas, y dejamos el cámping tan rápidamente como pudimos. Y enseguida nos juntamos con los McCall y con mi padre y mi hermano.

Al pasar por al lado del señor Roberts, que estaba a la puerta de su casita, vimos que tenía un aspecto extraño, como de aturdimiento.

El muggle nos despidió con un vago "Feliz Navidad".

-Se recuperará. A veces, cuando se mo­difica la memoria de alguien, al principio se siente deso­rientado... y es mucho lo que han tenido que hacerle olvidar.- dijo mi Arthur.

Al acercarnos al punto donde se hallaban los trasladores oí voces insistentes.

Cuando llegamos vimos a Basil, el que estaba a cargo de los trasladores, rodeado de magos y brujas que exigían abandonar el cámping lo antes posible.

Arthur discutió también brevemente con Basil, y terminamos poniéndonos en la cola.

Antes de que saliera el sol cogimos un neumático viejo que nos llevó a la colina de Stoatshead.

Con la luz del alba, regresamos por Ottery St. Catchpole.

-Bueno, aquí nos despedimos- le dijo mi padre a los Weasley- ya nos veremos.

-Claro que si, Diffy pásate cuando quieras por la madriguera- me dijo Arthur , a lo que yo agradecí.

Me despedí de los Weasley , de Hermione y de Harry y nos fuimos con los McCall (que vivían cerca nuestro)

El camino se me hizo bastante corto, estuve todo el rato hablando con Henrik y con Cedric. Cuando llegamos a un punto ,en el que había 2 caminos, nos despedimos de los McCall, ya que ellos irían por uno y nosotros por otro.

-Bueno Diffy, ¿nos veremos en el expreso no?- me preguntó 

-Claro que si.- le dije y él se me acercó y me abrazó. Pude ver la cara de mi hermano en ese momento.

*Luego tendríamos una laaarga charla*. 

(...)

Hacia la villa Diggory, hablamos muy poco porque estabamos cansados y no pensabamos más que en el desa­yuno.

Cuando al fin llegamos, solo habíamos tardado 10 minutos (pero se me hicieron como 10 horas).

-¡Gracias a Dios, gracias a Dios!- Mi madre, que evidentemente nos había esta­do aguardando en el jardín delantero, corrió hacia nosotros, to­davía calzada con las zapatillas que se ponía para salir de la cama, la cara pálida y tensa y un ejemplar estrujado de El Profeta en la mano.

-¡Amos, qué preocupada me habéis tenido, qué preo­cupada!- Le echó a su marido los brazos al cuello, y El Profeta se le cayó de la mano.

Al mirarlo en el suelo, distinguí el titular "Escenas de terror en los Mundiales de Quidditch", acompañado de una centelleante fotografía en blanco y ne­gro que mostraba la Marca Tenebrosa sobre las copas de los árboles.

-Estáis los 3 bien. Estáis vivos, niños...- decía mi madre mientras nos abrazaba con tanta fuerza , a mi hermano y a mi, que podríamos morir ahogados

-¡Ay!, mamá... nos estás ahogando...- dijimos ambos a la vez, pero con una sonrisa en la cara.

Cuando mi madre nos soltó entramos en casa y fuimos todos a la cocina a desayunar. En la mesa ya estaba todo preparado. Mi padre se sentó con el periódico en su silla habitual, la del fondo, y Cedric y yo a su lado . Mientras, mi madre se preparaba un té en la encimera

La menor de los Diggory 4 (Draco Malfoy y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora