Juice

Chapitre un

Louis no compartía hogar con sus dos hijos; más bien, vivía entre miembros de una peculiar secta de adoración dedicada a Harry Styles. Por más exagerado que sonara, su hijo Lukas, el mayor de los mellizos omega con un ojo azul y otro verde, tenía un altar real con la foto de Harry ocupando un lugar sagrado en su habitación.

La situación no mejoraba con Soleil, la otra melliza también omega de ojos azules de tan solo dieciséis años, que ya contaba con siete tatuajes inspirados en Harry. Era evidente que la influencia del ídolo musical llegaba hasta lo más profundo de su ser.

Aunque Louis no podía negar que Harry era atractivo, la saturación de su música y la presencia constante del altar de su hijo le hacían reconsiderar llevar a sus hijos al esperado concierto en París.

Así que...Taylor y Travis, los mejores amigos de Louis y tíos de los mellizos, asumirían la responsabilidad de llevarlos.

Todo parecía ir según lo planeado, hasta que las cosas tomaron un giro inesperado. El celo de Taylor se adelantó, y con pesar le notificaron a Louis que los mellizos no podrían asistir al concierto.

Frente a esta situación, Louis se encontró con dos opciones: o llevar él mismo a los mellizos al concierto o renunciar a la experiencia, enfrentándose así a las miradas de cachorro herido de parte de sus hijos.

Después de sopesarlo cuidadosamente, Louis cedió y decidió llevar a sus pequeños al concierto. ¿Qué tan malo podría ser? Después de todo, Harry era guapo, Louis tenía ojos, y podría aprovechar la oportunidad para admirarlo mientras daba el concierto, mientras sus hijos se desgarraban la garganta en una euforia desenfrenada.

Todo estaría bien, o eso esperaba Louis.

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Louis, por lo general, evitaba hacer uso de sus privilegios como hijo de Lecter y creador de 28 Clothing, pero cuando se trataba de evitar acampar durante días para el concierto de Harry Styles, no dudaba en desplegar su dinero y su influencia.

Finalmente, el día del tan esperado concierto llegó. Louis se despertó justo a tiempo, pero su alarma ni siquiera tuvo la oportunidad de sonar antes de que los hijos de Louis irrumpieran en su habitación, comenzando una improvisada y entusiasta coreografía al ritmo de las canciones de Harry.

"Dios, dame paciencia, porque si me das fuerza, los mato", gimió Louis, mezclando la frustración con el cansancio de haber sido despertado de su sueño.

Lukas, el hijo más parecido a él en personalidad, rió y tiró de los pies de Louis, tratando de sacarlo de la cama. Louis se aferró a las sábanas, pero la rizada Soleil se unió a la causa y, con determinación, lograron vencer al resistente patriarca.

Si bien en ese momento Louis deseaba fervientemente haber tenido un par de horas más de sueño, no pudo evitar sonreír ante la alegría contagiosa de sus hijos.

Si no los amara tanto, esos niños ya estarían enterrados veinte metros bajo tierra.

Con un suspiro resignado, se preparó para el caos controlado que seguramente seguiría, sabiendo que, de alguna manera, disfrutaría del concierto tanto como ellos.

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No es que Louis estuviera siendo imparcial por ser el progenitor, pero, en realidad...

Sus hijos lucían sorprendentemente guapos.

Los atuendos que él mismo diseñó para ellos, inspirados en los outfits del famoso cantante de los conciertos anteriores, les sentaban de maravilla a sus ya no tan pequeños retoños.