chapitre dix-sept

416 53 5
                                    

En los últimos días, Harry se encontraba inmerso en un torbellino de síntomas desconcertantes. Los calambres en las piernas se entremezclaban con antojos peculiares, como la extraña combinación de pepinillos con chocolate, dejándolo con una sensación constante de desconcierto.

La peculiaridad alcanzó su punto álgido durante un concierto mientras interpretaba su energética canción "Kiwi". En medio de la actuación, su cabeza comenzó a dar vueltas, como si estuviera atrapado en una montaña rusa de emociones físicas. Tropezó con un cable en el escenario, y el temor se apoderó del lugar cuando casi cae sobre una fan entusiasmada.

La suerte estuvo del lado de Harry en ese momento crítico. Mitch, siempre alerta y ágil, reaccionó rápidamente y logró sujetar a Harry justo a tiempo, evitando una posible caída que podría haber tenido consecuencias desastrosas.

El suspenso en el escenario dejó al público momentáneamente aturdido, pero la destreza de Mitch para mantener a salvo a Harry añadió un giro inesperado al espectáculo. Entre suspiros de alivio, la actuación continuó, aunque el desconcierto de Harry persistía y se sumaba a la creciente lista de síntomas misteriosos que lo tenían intrigado y preocupado por su bienestar.

——————————

Harry y los mellizos disfrutaban relajados en el sofá, viendo la película Bambi. Todo parecía tranquilo y en orden, hasta que la emotiva escena de la madre de Bambi siendo asediada por los cazadores provocó una reacción inesperada.

Las lágrimas comenzaron a deslizarse por las mejillas de Harry, quien instintivamente acurrucó a sus hijos contra su pecho. "Prometan que cuidarán a su mami cuando yo ya no esté", murmuró entre sollozos, besando las cabezas de los pequeños, quienes lo miraban confundidos.

De repente, como si un interruptor hubiera cambiado en su mente, Harry estalló en risas. "Estoy actuando como un loco", admitió, intentando restarle importancia a la escena emotiva.

Los mellizos, sin pronunciar palabra, observaron a su padre con expresiones mezcladas de asombro y desconcierto. La risa de Harry se desvaneció cuando notó el silencio de sus hijos. "¿O sea que sí lo estoy haciendo?", preguntó ofendido, sintiéndose vulnerable ante su peculiar reacción.

Soleil, cubriéndose el rostro, murmuró: "Ay, señor".

Harry, de repente, cambió su estado de ánimo, celoso ante el uso de "señor". "¿Quién es 'señor', hija?", cuestionó, desencadenando una vez más la montaña rusa de emociones.

Lukas anotó en su lista otro síntoma.

Mareos. Antojos raros. Calambres en las piernas. Cambios constantes de humor.

——————————

Mientras Harry estaba sumido en sollozos por un TikTok donde un perrito no recibía su comida, Louis, su omega, pasó por la sala inicialmente sin prestar mucha atención. Sin embargo, al notar la peculiar escena, retrocedió sorprendido.

"¿Por qué no le dieron comida al pobre bebé?"La visión de su alfa llorando por un video de perritos era inusual, incluso para Harry.

Chocando contra Bertram al retroceder, ambos hombres intercambiaron una mirada significativa. "Mi alfa está demente", comentó Louis, con un dejo de preocupación en su tono.

Bertram, el astuto mayordomo, rió y le palmeó el hombro a Louis. "No es eso, vete al médico, me lo agradecerás". Con una sonrisa enigmática, Bertram se alejó, dejando a Louis con una mezcla de confusión y inquietud.

JuiceWhere stories live. Discover now