Capítulo 10: Azulina; Ana

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Las cuatro hermanas ya en sus aposentos intentaban descansar del largo y agotador viaje por el mar, pero el calor de Azulina se los impedía. Entre ellas Ana miraba por el gran ventanal aquel mar tan distinto al de isla Creciente, un mar mucho más tormentoso y furioso en comparación al que ella veía ahora, uno muy tranquilo moviéndose en armonía con el viento reflejando los rayos de sol. Sentía el viento y recordaba a Radamés, durante el viaje pensó mucho en eso, pues hace unos años él viajó con su difunto padre a una base de la Vieja Aspirel para preparar un ataque a la Nueva Aspirel, ella tenía prohibido revelar su identidad a los invitados y a cualquier hombre o mujer que preguntara por ella, su padre le había concedido llevarla a esa misión por su quinceavo cumpleaños. Ella siempre supo que aquel joven era el príncipe Radamés y durante ese verano tuvieron un pequeño amor juvenil, fue un mes y algo más donde ambos salían a caminar por algunos lugares que les permitían, sin embargo, a pesar de que ella estaba bastante enamorada de él, jamás reveló su verdadera identidad y la culpa de haber sentido amor por su primo no la dejaba en paz desde que esa aventura terminó, ahora temía que el príncipe la reconociera, porque no quería ser descubierta y mucho menos quedarse en aquel castillo caluroso, solo pedía regresar a Crecia.

-¿Vieron cómo me vio el rey?- interrumpió Andrea los pensamientos de Ana- no quiero alardear hermanas pero creo que le gusté- sonrió como una niña pequeña.

-Apenas llegamos y ¿crees que le gustaste? - se bufó Alisha como de costumbre con Andrea.

-Siempre menospreciándome, lamento que seas poco atractiva para los hombres- regañó mirando el cielo de la habitación.

-Espero que de verdad se haya fijado en ti hermana- comentó Ana dejándola impactada con las cejas erguidas por aquel alago.

-Ves Alisha, Ana se da cuenta, eso es más que suficiente para mí- sonrió embobada- ya quisiera ser su reina, es taaan guapo, ¡sus ojos! Pareciera que el mismo mar se reflejara en ellos-.

Alisha impactada por esa escena romántica solo movió la cabeza desaprobando la gigantesca inmadurez de su hermana.

-Andrea, te sugiero que intentes comportarte como la adulta que eres- aconsejó Ana viendo lo perdida que estaba por el rey y conociéndolo, sabía muy bien que las mujeres demasiado infantiles no le atraerían jamás.

-Tienes razón- aceptó Andrea acomodando su vestido- Adelaida, imaginas que el rey me escoja como su reina- soñó.

- ¿No te molesta que sea tu primo?, estás perdida en él y parece que no reparas en eso- respondió.

-Poco, no es primo directamente y solo compartimos la sangre Infa, por lo demás apenas hemos compartido con él como para hacer tanto escándalo- para Andrea su verdad la mantenía tranquila, no así a Ana

-Bueno, aún es incierto- agregó Adelaida con su mirada perdida- primero nuestro padre debe hablar con él-.

-Es verdad. No saben lo nerviosa que estoy, siempre esperé algo así- la emoción de Andrea era como de una niña fantasiosa que olvidaba el estado de su familia y el conflicto en el que estaban.

-Bueno- dijo Alisha- no tenemos a Alejandra en estos momentos y en su nombre quiero decirles algo, estamos en otro reino, creo que es algo completamente nuevo para todas nosotras, estar en un lugar tan lejano a nuestro hogar, por lo menos para mí es bastante incomodo y extraño- las miró a cada una con su ojo descubierto- deben tener mucho cuidado, debemos cuidarnos las unas a las otras en todo momento y evitar estar solas, como dijimos antes de partir de la isla, no permitiremos que nada nos pase y para eso necesitamos estar juntas-.

-Oh, que madura- se sorprendió Andrea.

-No siempre muestro esta cara- la miró sonriente y continuó seria- espero que si alguna de nosotras se queda acá, recuerde sus orígenes y el apoyo que nos debemos brindar, es un lugar precioso y no lo puedo negar, solo el calor me hace despertar de este sueño tan extraño y me dan ganas de partir de regreso a la isla- bromeó- pero si me tocara quedarme, siempre las voy a recordar y estaré lo más presente posible con ustedes, no olviden que esta es la misión más importante para nuestra familia y reino-.

-Es verdad, por eso quisiera pedirles a Alisha y Andrea que eviten pelearse, estar en conflicto en un lugar extraño no ayudará demasiado- sugirió Adelaida que siempre veía los choques de ambas hermanas.

-Haré mi mejor intento- indicó Alisha recibiendo aprobación de Andrea.

-Espero poder convertirme en la esposa del rey y si eso ocurre no duden que estaré muy enfocada en ayudarlas, no sé cómo, pero buscaré las formas- decidió Andrea.

Durante aquel momento solemne Ana mantuvo silencio pensando en las palabras de sus hermanas, si bien estaban en un lugar completamente desconocido, ella al volver a ver a Radamés sintió regresar a aquel verano lejano que siempre recordaba, pero ahora no deseaba regresar aquellos tiempos,melancólica quería volver a su isla amada en el fin del mundo, donde decían que el mar se terminaba, su único deseo en aquel lugar que consideraba hermoso, era pasar lo más desapercibida posible, sin revivir las brasas de aquel amor en cenizas.


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