Solo un tal vez.

2.6K 132 10
                                    

Desperté por kook, me estaba agarrando la cintura y mordiéndome la oreja derecha.
—¿qué haces?— dije riéndome.
—¿acaso no puedo tocarte?— me respondió cerca de mi oreja y la mordió, haciendo que mis pelos se pusieras de punta y se me erizara la piel.
—puedes tocarme todo lo que quieras.

En cierto modo él mandaba en ese ámbito, aunque debo de admitir que a veces también me gustaba tener el control.

No había pensado en mi hermano, pero esa noche a pesar de estar con la persona que tranquilizaba mis noches, dormí casi 3 horas. Ese pensamiento me agobiaba "todas esas promesas estarán destrozadas" vamos, no desconfiaba de jungkook, él jamás me dejaría botada, ¿o si? Tal vez, solo tal vez, un uno por ciento, si dudaba.

Por su mala fama, tal vez.
Porque es 8 años mayor que yo, tal vez.
Porque me sigue viendo como una niña, tal vez.

Me duché y dejé que el agua corriera por mi espalda, porque en ese momento volví a sentir, por qué en ese momento descubrí que sentir te hace estar vivo, por qué es así, la vida es eso, sentimientos.

Jungkook

Ella salió después de darse una larga ducha, sabía perfectamente que debía pensar, y yo también.
—tu hermano llamo anoche.
Solté.
—preguntó por ti.
Se quedó quieta por unos segundos y volteó, con esos ojos de siervo que me volvían loco.
—deberías hablar con él— me acerque a ella— vamos, tal vez ahora está más tranquilo.

Se quedó pensando y yo la imité, porque cada quien tenía sus propias palabras que no nos decíamos pero percibíamos en el ambiente, volaban entre nosotros y se incrustaban en nuestras cienes.
Suspiro y sonrió.
—hablaré con él, tampoco quiero ser una carga para ti en esta casa, no me puedo quedar aquí por siempre.
—no eres una carga, vida. Es un placer tenerte aquí todo el día.

Le di un beso en su frente.

Jiwoo

Jungkook se fue y yo me quedé en su terraza tomando una taza de té, por alguna razón tomar té me relajaba, me ayudaba a pensar, porque en el fondo amaba a jungkook con todo mi corazón, y por el otro, sabía que nuestros caminos de alguna u otra forma se iban a separar, porque era cosa de juntar las piezas del rompecabezas que tanto me costo construir. Y la ultima pieza, a pesar de girarla una y otra vez, no encajaba.

Como predije en mi mente, Hyun llamó. Mi celular vibró encima de esa mesa de cristal que mi chico tenía en su lujosa terraza y, por un segundo, dude en contestar, porque dolía, porque seguía enojada con él, con el único que estuvo para mí en mi momento más difícil, con mi hermano.

Conteste, pero no dije ninguna palabra.

—Jiwoo, enana, discúlpame.
Me quedé en silencio unos 5 segundos.
—me dolió, Hyun. Me dolió como no tienes idea.
—joder, Jiwoo. ¿Crees que es fácil para mí digerir lo que me dijiste? Es difícil.

Y era cierto, jamás me había puesto en su lugar.

—es que...lo quiero, Hyun.
—¿y él te quiere?

no respondí, y es que yo jamás me había planteado eso.
¿jungkook me quería?
Sí.
¿Pero me quería de la manera en la cual yo lo quería?

—vamos, enana. Ven a casa, te extraño.
"Te extraño" y yo lo extrañaba como no tenía idea.

—bien, estaré allá a las 5, ahí hablaremos como se debe.
—bien, te espero entonces, enana.

Y cortó.

Me fui sin antes avisarle a jungkook por mensaje que iba a ir a hablar con Hyun. Al llegar abrí con mis llaves y la mesa estaba con unas botellas de vino encima que Jungkook le regaló a Hyun por su cumpleaños, lo que indicaba que se había emborrachado la noche anterior y, pesar de que me dio lastima y lo empecé a buscar por la casa, no estaba y ahí caí en cuenta de que todo había acabado.

Jungkook

Estaba leyendo un libro que Jiwoo me recomendó la noche anterior hasta que escuché que alguien golpeó suavemente la puerta, al salir pude ver una silueta de un hombre de mi estatura, delgado y guapo, Hyun.

—¿tienes tiempo para hablar?
Abrí mis ojos como platos.
—¿tú no estabas con Jiwoo?
—necesito hablar contigo primero, antes de que ella llegue.

Jiwoo.

Llegué a su casa y golpeé desesperada, sabía que él iba a hacer que esto terminara y quería evitarlo, aunque en el fondo mi alma sabía que esto no tenía vuelta atrás y ya estaba más que terminado.

Salió el, con un semblante serio.
—pasa, hay que hablar.
Dijo.
Me senté en su sillón, en el sillón que tantas veces tuvimos sexo, en el que tantas veces hablamos sobre los planes a futuro.
Suspiró y se sentó frente a mí.
—hay que terminar.

Y como lo predijo todas mis cartas cayeron al piso y las pisoteo, como si fueran unas simples palabras sin valor que una cualquiera le dijo en la calle.

—¿q-que pasó? ¿Porqué tan derrepente?
— No me pidas explicaciones. Sabes que me agobian.
—¿te agobio? Eso no me decías cuando estaba desnuda en tu cama.
—ya, ¿y que quieres? ¿Eh? ¿Quieres que te dé el último beso? ¿Quieres que haga alguna de las cosas estúpidas y cursis que me pides que haga siempre? Vamos, Jiwoo. Eres una niña, no una mujer.

Crack, se partió mi corazón.
—eres un estúpido, Jungkook. Arriesgue todo por ti ¿y sabes lo peor? Que me lo advirtieron, me advirtieron que eras así, que no te arriesgabas por las cosas que quieres, que las dejas ir, por que eres un simple cobarde.
—entonces tal vez nunca te quise.

Ese fue el golpe final, ese fue el que me noqueó y no pude evitara llorar, me temblaban las piernas y mi corazón estaba roto, en pedazos aún más pequeños que la primera vez, tan pequeños que en vez de ser un golpe rápido, fue un golpe lento y doloroso, que empieza en tu cabeza y termina por fin en tu corazón ya desintegrado completamente por la tristeza.

Think I need someone olderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora