Adiós.

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Jiwoo

Y ahí me di cuenta que la vida es como jugar a la ruleta rusa, y cuando menos te lo esperes te llega la bala en el centro de tu pecho.

—dime que no es verdad, dime que es una maldita broma.
—créeme que estoy hablando muy enserio, Jiwoo.

Y cayó, se resbaló esa lágrima sobre mi mejilla y luego cayó en el suelo de mármol. Él tenía una mirada seria, hubiera dado lo que fuera para que me mirase como en la mañana de ese maldito día, pero jamás se retractó, ni ahora, ni nunca.

—¿entonces hasta aquí llegó todo? —me paré recta, intentando no demostrar mi vulnerabilidad, haciendo como si no me importase.
—¿todo? Jiwoo, nosotros nunca tuvimos algo.

Quería decirle que parara, que cada palabra que decía era una puñalada más en mi corazón y ya no podía más.

—bien, jamás vuelvas a buscarme Jeon Jungkook, jamás te vuelvas a cruzar en mi camino.

Sin más me di vuelta, dejando atrás todo, a jungkook y toda la historia que habíamos creado juntos.

Jungkook

Y se alejó, sabía que no la iba a ver más, que ese iba a ser nuestro adiós definitivo.

y, joder, en un momento quise ir a buscarla, abrazarla y decirle que no se fuera, que se quedara conmigo, que la amaba y que nunca jamás la podría odiar, que cuando dije que "tal vez no la quería tanto" era mentira, que moría por ella y que por eso la dejaba ir.

Tenía tantas palabras atoradas en mi garganta pero me las tragué.

Esa noche lloré, porque dolía, tal como a ella, me dolía igual.

Jiwoo

Ese día llegué a mi casa y abrí mi computadora, busqué el vuelo más próximo hacia Roma, quería estudiar artes y lo iba a hacer en una de las mejores universidades gracias a mi hermano.

Y, a pesar de eso, lloré toda la noche en mi almohada, ahogando mis sollozos.

—¿estás bien, enana? —dijo abriendo la puerta y cerrándola suavemente para luego sentarse en la punta de mi cama.

—pues aquí estamos —le sonreí.
—Jiwoo.
—no me tengas lastima, estoy bien.
—¿Cuándo te vas?
—el viernes.
—¡¿en dos dias?!

Asentí lentamente, quería despejarme, quería irme de ahí y no pensar en nada, solamente en recorrer las preciosas y antiguas calles de Roma, dibujando cada proporción y pintando cada dibujo.

A pesar de que mi hermano me hizo una fiesta de despedida al día siguiente, tuve la esperanza de poder verlo ahí, de que por lo menos iba a estar mirando desde lejos, pero no pasó y ahí me di cuenta que tal vez es mejor dejar las cosas atrás y pensar en el presente.

Viernes.

"El vuelo que se dirige hacia Roma, por favor dirigirse a la zona de embarque"

—ese es el mío —dije ansiosa y Hyun me abrazó.
—¿qué pasa? —dije con asombro.
—promete que vas a llamarme —sollozó.

Sonreí.

—lo prometo, hermano.
—no importa lo que sea, me dices, a cualquier hora yo te contestaré.

Sin más me despedí con un abrazo largo y agarre mi maleta sin antes dar un largo suspiro, dejaba atrás decepciones, amores y recuerdos felices para crear nuevas cosas, pero descubrí que a él jamás lo iba a borrar de mi corazón tatuado.

Mientras caminaba hacia el avión, mi corazón me latía a mil por hora. Nunca antes había viajado en avión y, a pesar de mis reclamos, Hyun me consiguió un asiento en primera clase.

Una azafata me ayudó con mi maleta y con mi número de asiento.

—aquí está su asiento, señorita.
—muchas gracias.
—a la orden.

Hizo una reverencia y yo posicione mi cuerpo en ese asiento de cuero que parecía muy lujoso, era un lugar espacioso, podías inclinar tu asiento y pedir lo que querías, tanto para comer como para beber.

Pedí una champaña, eran las 9 de la mañana, pero necesitaba probarla y un poquito no hace daño.
Después de pedirla observe la ventana mediana que daba hacia el aeropuerto y lo vi a él.

Jungkook

No podía no despedirme de ella, no podía, así que cuando me vió desde el avión simplemente le di una sonrisa, una que significaba que no la odiaba y, por sobre todos los otros significados, que la esperaría.

—jungkook.

Lo miré.
—Hyun.
—Oye, gracias.
—solo te voy a decir una cosa. —debo de admitir que hubo un tono de amenaza en esa frase.
—la buscaré apenas ella termine sus estudios, ¿está bien? Y ahí no quiero que nadie se entrometa porque sabrá perfectamente lo que quiere.

Solo hubo silencio y sin más salí de ahí sin antes volver a mirar a Jiwoo con una sonrisa.

"Solo me queda decirte adiós para toda la vida, aunque toda la vida siga pensando en ti"

Fin.

(Esta historia fue inspirada del libro "todo lo que nunca fuimos" de Alice Kellen)

Think I need someone olderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora