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Esta historia iba ser regalo de cumple de Taehyung como había hecho con la de "Él es mi alfa" pero por tiempo y exámenes no pude pero ahora ya pueden leerlo.

Espero que os guste🤍

Nuestra historia comienza en las fronteras del Bosque Yongmasan

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Nuestra historia comienza en las fronteras del Bosque Yongmasan. La historia entre un joven humano, y un fae.

Kim Taehyung está regresando de un pueblo cercano cuando termina cayendo en el suelo, justo fuera de las fronteras del bosque, donde hay un impenetrable muro hecho de espinas que es lo suficientemente espeluznante para contemplar, y que él construyó para mantener a los humanos fuera de los sagrados terrenos.

Taehyung está usando una capa oscura para mantener sus cuernos fuera de la vista, y también sostiene un poderoso bastón mágico en su mano derecha que rebosa de energía oscura y resentida.

Y a pesar de su poder, el bastón no es soporte suficiente para él, ya que Taehyung termina desplomándose en el suelo y grita de dolor por la tortuosa sensación fantasmal que recorre toda su espalda. Taehyung pasa sus dedos por el lugar que más le duele.

Justo en el lugar protuberante y sangriento, donde sus sagradas alas fueron arrancadas de él.

Estos episodios no pasan tan a menudo, pero sí pasan lo suficiente como para que Hwang Yeji le diga que debería dejar de salir del bosque y, en su lugar, debería mantenerse dentro de las fronteras protectoras de Yongmasan. Sin embargo, siempre hay algo que hacer, como curar a un hada herida, o asistirle a una criatura mágica fuera del bosque. Taehyung se va del bosque semanalmente, caminando en dos piernas que cojean por cada paso que toma, en dos piernas que nunca han sabido aguantar un cuerpo sin alas, un cuerpo que ahora no pesa absolutamente nada.

La visión de Taehyung se torna borrosa mientras sigue desplomado en el suelo. Y, por un gran momento, se desmaya.

Vuelve a sus sentidos cuando escucha un imperceptible sonido de una cesta de madera cayéndose y la voz dulce y gentil de un niño, preguntándole.

—¿Se encuentra bien?

Taehyung levanta su cabeza con la poca fuerza que le queda, y lo único que ve, es oro. Oro puro. Por un momento, Taehyung entra en pánico, su respiración se acelera, y su corazón se detiene. Porque, en lo que lleva de vida, solo ha visto un par de ojos fundidos en oro, y esos ojos no le han brindado a Taehyung nada más que un enorme terror, dolor, angustia, y traición; algo del cual nunca podrá recuperarse. Sus ausentes alas son la clara evidencia de la fe y confianza que nunca debió dar, entre otras cosas.

Por lo tanto, lo primero que hace es despotricar puro veneno, —¡Piérdete! —, y rezar que este joven muchacho que ha encontrado esta grotesca, lisiada y horrible criatura se vaya y lo deje.

No es como si fuera a morir. Él ni siquiera puede morir, y tal vez, esto sea una maldición dentro de él. Tener la inmortalidad, el más grandioso poder, solo para que pueda vivir los cientos y cientos de años venideros con la gran carga de lo que significa no volver a volar. Taehyung no se deteriorará fácilmente, sino que simplemente se desvanecerá, hasta que, eventualmente, no sea nada más que un cuerpo vacío que persiste quedarse en la Tierra.

Me amarías (como lo hiciste una vez en un sueño) KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora