El joven príncipe mira a Taehyung por última vez, y le dice, -Sí he escuchado esas historias, las que tratan de una espantosa criatura del bosque que tiene cuernos.
Taehyung aguanta su respiración. -¿Y?
Los labios de Jungkook se curvan ligeramente h...
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Después de eso, Jungkook va a Yongmasan todos los días.
A estas alturas, el muro de espinas lo reconoce y se abre para él cada vez que llega. Él siempre llega justo antes del almuerzo, cargando una cesta llena de cosas para alimentar a Taehyung, los cuervos, y a las criaturas del bosque. Con Yeji y Hyunjin sobre el alféizar en su forma de cuervos, y con Taehyung y Jungkook sentados alrededor de la mesa pequeña de la cocina, todos comen los alimentos que Jungkook siempre lleva para ellos. Tal parece que los tres tíos de Jungkook siempre permiten que este haga los quehaceres y tareas, algo que a Jungkook nunca le ha molestado, y menos ahora, que puede impresionar a Taehyung.
Usualmente, Taehyung habla mucho más cuando están comiendo, por supuesto que lo hace. Él siempre ha sido un parlanchín; siempre ha amado hablar acerca de los pensamientos que surgen en su cabeza. Por otro lado, Jungkook es más callado; le gusta más escuchar mientras come, pero si tiene que contestar algo, le responde ingeniosamente.
Yeji y Hyunjin no están todo el tiempo con ellos ya que siempre están ocupados, asegurándose de que las tierras de Yongmasan estén a salvo y fuera de las manos de los humanos. Y a Taehyung, pues... a Taehyung sí le agrada la compañía. Le gusta tener al niño a su lado, y le gusta saber que Jungkook lo visitará todos los días a la misma hora, llevando regalos y comida en mano que Taehyung no puede pagar. Le gusta esta misma rutina y la sensación de domesticidad.
Y él sabe exactamente lo que el niño está intentando hacer. Taehyung sabe que poco a poco, sus túnicas ya no le quedan tan grandes y sueltas como antes debido a toda la comida que consume todo el tiempo. Pero, a medida que su estómago se llena más, y sus mejillas se ven más rosadas y saludables, él sabe que no puede quejarse con Jungkook por esto, ni por nada más. Si Taehyung hubiera continuado con la vida que tenía, él eventualmente terminaría consumiéndose por el tiempo.
Sus episodios de dolor apenas ocurren, y su espalda ya no sangra.
Las criaturas mágicas adoran al muchacho humano, y Jungkook se pasa conociéndolos a todos durante la mayoría de las tardes que él los visita. Cuando Taehyung necesita ayuda en reparar puentes viejos, Jungkook sube y dobla sus mangas, y ahí está para ayudar. Cuando Taehyung necesita que alguien busque a las hadas y las lleve a la seguridad del bosque, Jungkook está ahí para ayudar. Cuando Taehyung necesita medicina que solo está disponible en el mercado de la ciudad, pero que no comercializa con la especie de Taehyung, Jungkook está ahí para ayudar.
A pesar de que Jungkook se parece mucho a su padre, y a pesar de que el hoyo en su corazón duele y quema aún más, Taehyung sabe que no puede echarle la culpa a un niño quien nunca ha sentido las caricias de sus padres; no puede echarle la culpa a un niño por los eventos del pasado. A pesar de que su par de ojos dorados lo toma por sorpresa y le devuelve recuerdos dolorosos que a él le encantaría olvidar, prontamente, Taehyung ya no se estremece cuando Jungkook se queda mirándolo y lo saluda tan cariñosamente, como si estuviera completamente ajeno de las maldades del mundo.