♡ ཿ eight.

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Para calmar las cosas un poco en la universidad, Jay y Jake llegaron al acuerdo de disimular esa relación frente a otros. En público, decidieron, se iban a comportar sólo como profesor-estudiante, y cuando Jake pasara el curso, entonces podrían iniciar alguna relación oficial.

Eso significó que Jake decidiera no llevar a Riki a las clases de Jay, no si lo podía evitar. El omega sabía que el cachorrito querría ser atendido por el alfa, ya se encariñó bastante con él, y no quería que sus compañeros miraran con mala cara a su bebé por eso.

Sólo debía aguantar un par de meses, Jake inició el segundo semestre hace poco, recién estaban a inicios de octubre, y en febrero terminaría su primer año universitario. No era tanto.

Sin embargo, eso no significaba que ellos dejaron de verse. Jay comenzó a visitarle por las tardes, pasando tiempo con los dos. Riki no podía estar más feliz con eso, teniendo a
alguien más con quien jugar. A veces, Jake los veía desde la cocina americana, cocinando la cena y observándolos en el suelo. Su bebé gateaba y Jay estaba arrodillado, viéndose un poco gracioso con la camisa arremangada y su traje, jugando con el pequeño. No podía evitar sonreír, sintiéndose como si ellos fueran ya una familia.

Además, el alfa estaba ayudando a Riki a aprender a caminar. A veces, lo tomaba por las axilas y lo ponía de pie, manteniéndolo así frente a él, hablándole siempre con una sonrisa dulce.

Una tarde de viernes, mientras veían una película acurrucados en el sillón, con Riki pintando en su cuadernito de dibujos, Jay llamó su atención.

Jake se enderezó, parpadeando para enfocar su vista en el alfa. En ese instante, sintió muchos deseos de inclinarse y darle un beso al mayor, pero a último minuto se arrepintió. Qué vergüenza.

—La próxima semana es el cumpleaños de Sunoo —dijo Jay—, y me ha preguntado si Kiki puede ir.

El omega pensó en el pequeño niño de cinco años, que vio una semana atrás. Se lo encontraron en un parque, junto a su padre, y Sunoo no dudó en ir a jugar con Riki en el arenal. Ambos terminaron con granitos de arena en el cabello.

—¿No crees que Riki es muy pequeño para él? —preguntó, preocupado—. Si van más niños...

—No te preocupes, no irá nadie más —le dijo Jay—. Es decir, Sunoo sólo invitará a su vecino, un chico llamado Taesan. Sunghoon sabe que muchos niños pequeños en una casa serán un desastre.

—Oh, eso suena mejor —se rió Jake, abrazándolo—. Vas a ir tú igual, ¿cierto?

Jay le acarició el cabello al omega, sonriendo con relajo. Miró brevemente si Riki no los estaba mirando, los últimos días el pequeño bebé estaba actuando muy celoso con la atención de Jake. Pareció darse cuenta ahora que iba a tener que compartir a su mamá con Jay, y eso no le estaba agradando demasiado.

𝐖𝐀𝐘 𝐁𝐀𝐂𝐊 𝐇𝐎𝐌𝐄 𔓕 jayke.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora