¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dorian había estado esperando pacientemente en la entrada de la cabaña 3 a Percy quien se había convertido en su ahora, nuevo amigo.
──¡Hola! ──Saludó el rubio animado cuando vio al pelinegro en la gran puerta de la cabaña de Poseidón. Dorian le correspondió el saludo sonriendo. ──Supongo que ahora somos vecinos... ──Aunque en realidad su cabaña estaba más cerca de la de Zeus.
« ¿Contento por ser reclamado? »
──No... ──Contestó Percy sincero, riéndose un poco; Dorian solo asintió y una pregunta invadió a Percy, ¿si alguien mudo se ríe, es posible oír la risa?
La respuesta generalmente es correcta y de hecho, algunos pueden emitir sonidos no necesariamente hablando, como cuando estás comiendo tranquilamente y alguien se pone a conversar justo en ese instante; por lo que, solo finges escuchar y pretender estar interesado mientras tienes la boca llena de comida, asintiendo con un "mhm". Algo así.
El pelinegro odiaba reírse, lo evitaba a toda costa porque ¡oh, sorpresa! Ni siquiera él mismo podía escuchar su propia risa. Punto importante, él no estaba enterado sobre el verdadero motivo del porqué no tenía voz ya que, Hera le prohibió al padre de Dorian revelarselo; y su papá... ¡Otro cabo suelto!
──¿A ti cómo te reclamaron? Si es que se puede saber... ──Preguntó Percy con curiosidad.
« Antes de llegar al campamento, ya sabía quien era mi madre. »
El pelinegro se limitó a contestar, no porque no confiara en Percy, sino que esa pregunta le resultó algo complicada para responder. El rubio asintió unos segundos después, definitivamente debía perfeccionar sus estudios en la lengua de señas.
──Bueno, tengo que dejar mis cosas adentro y... después ir a ver a Quirón y al señor D. así que... ──Mencionó Percy nervioso sin saber como despedirse. Dorian asintió dando media vuelta entendiendo lo que el chico quería decir, pero por alguna razón sintió que le incomodó. ──pero, ¡nos vemos luego! ¿No? ──Retomó la conversación gritando, ya que, el pelinegro estaba un poco léjos.
