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El aroma a omega emano del cuerpo de Lisa como un aviso, sus ropas mojadas de fluidos y el cuello herido por las mordidas de la omega lo afirmaban.

Ese día ni siquiera participó en la clase de derecho, la cara de su profesor alfa se veía consternada ante su apariencia.

Desalineada y sucia.

Seguía en trance ante el suceso ocurrido, pero poco pudo hacer bajo el ataque de feromonas.

Lisa pensó que incluso si alguien la molestaba ahora ni un sonido saldría de su boca, pero cuando un alfa masculino la miro de escudriñando su cuerpo con la mirada no pudo evitar saltar sobre el.

Solo los separaron cuando el estaba casi inconsciente.

"Si es tan fuerte, supongo que realmente vale la pena su horrible personalidad"

Un murmuró se escucho.

"Ni siquiera ella pudo resistir el proceso de rango"

Una alfa delgada y pequeña murmuró, Lisa la observo fijamente notando como se encogió ante su mirada, sin aroma, sin marcas, sin omega.

La envidia corrió por sus venas al verla tan tranquila, la solución a todos su problemas.

SumisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora