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Ahí estaba de nuevo, caminando por el pasillo cargando los dichosos libros que más bien parecían enciclopedias en dirección a su casillero.

Se sentía hastiada ese día precisamente porque estaba en celo, pero no era como si alguien fuera a intervenir de todas formas, su vida estaba en un punto donde ni aunque estuviera desnuda la volterian a ver.

Llegó al casillero sosteniendo todo con un solo brazo mientras ponía la clave y dejaba todo dentro, gruñó inconscientemente cuando un omega se acercó, posiblemente probando su autocontrol.

— Si no te alejas te arrancó el pellejo —advirtió gruñendo en el proceso, cualquier alfa hubiera bajado la cabeza ante el omega dispuesto a aceptar la sumisión, pero ella no, observando su pose tan arrogante solo sintió el enojo escalar con rapidez, acercandose a él lo empujó sin demasiada suavidad, la estaba estresando— ¿no escuchaste? largo

— Ash, eres una perra —se quejo el omega dándole la espalda para irse, con un ligero temblor en su cuerpo debido a la voz de la alfa en celo— no se como una omega del nivel de Jennie te reclamo —

— ¿Disculpa? —gruñó acercándose hasta tomarlo del cuello casi levantando su delgado cuerpo, su ojo casi rebotaba en un tic nervioso y la cara del omega se había tornado en un gesto asutadizo— Yo no soy propiedad de nadie, menos de una omega como Jennie —gruñó asustando más al omega—

Precisamente porque alfas como Lisa, rebeldes, comenzaban a hacerse más notables el miedo en omegas había incrementado.

Ellos tenían el control, si, pero sí el alfa no estaba "domesticado" o en un estado de sumisión constante este se volvía como un alfa dominante.

Significaba peligro, porque un omega no era precisamente muy fuerte cuerpo a cuerpo.

Y los lobos alfas tendían a ser muy rencorosos una vez despertaban en su totalidad, como si el estado de sumisión al que los sometían mantuviera amarrado y con bozal al animal interior que solo esperaba soltarse y destrozar todo a su alrededor.

— Lalisa Manoban, debí suponer que eras tu de nuevo —dejando al omega en el piso, giro su cabeza con lentitud encontrando a su supervisora personal—

Por qué si, se metía en tantos líos que tuvieron que ponerle una vigía.

Era una omega dominante, de porte firme, tenía entendido que estuvo en la milicia, no era alguien con quien Lisa se pudiera meter, o al menos no tan facil.

— Primero usas tu voz, luego amenazas a un omega como que si fueran iguales y lo peor es que niegas el reclamo de tu destinada —comenzo a relatar, presintiendo sus acciones Lisa sostuvo su mano antes de que esta impactará con su cara— Y ahora no permites que una omega te castigue, eres un deshonor para tu familia —

— Eso no es nada nuevo —se alzó de hombros soltando su brazo con brusquedad— Mamá siempre me lo repitió, que usted me lo diga es... —trato de explicar— Bueno, no lo entendería —

Por qué es omega, pensó.

— Cómo sea, tu castigo se-

— Olvide el castigo —habló Jennie llegando con la elegancia desagradable que siempre le dejaba un mal sabor de boca a Lisa, rodó los ojos ante eso, pero internamente agradecía que la omega la salvará de todo o casi todo— Yo me encargaré de educarla como es debido —dijo

Si había algo por lo que Lisa apreciaba ligeramente a la omega es porque siempre la sacaba de los problemas en los que se metía, como en ese momento cuando la llevaba arrastrando a su bugatti negro que había estacionado afuera.

— ¿Y... Que tal tu celo? —dijo como si no recordara haberle cerrado la puerta en la cara— ¿Satisfactorio? —

— Por si no recuerdas me cerraste la puerta y me mandaste al carajo ¿sabes la vergüenza que pase cuando llegue a recepción? —se quejo— "Deberías de domar a tu alfa" —

— No soy tu alfa —se quejo Lisa bufando mientras se recargaba en el asiento de cuero negro— y de todas formas no me puedes domar —

— ¿No te duele? —preguntó Jennie apuntando a su entrepierna, donde una erección reposaba, cambiando el tema rápidamente ante la respuesta de Lisa—

— Si, un poco —respondió alzándose de hombros restándole importancia aunque el aroma de la omega le pusiera los pelos de punta—

Total, si tenían sexo sería una forma de pagarle el favor.

SumisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora