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Tal parece que aunque entrenara el cuerpo Jisoo no sería un alfa dominante.

Eso se comprobó cuando abrió más las piernas sintiendo la dureza de Lisa abrise paso por sus paredes húmedas.

Aunque su objetivo de coger con la alfa ajena se cumplió, quizá debería conformarse con seguir abajo.

El hilo del pensamiento se rompió cuando la embestida la hizo abrazar la espalda ajena, trato con todas sus fuerzas de no enterrar las uñas y solo presiono sus dedos, no quería problemas con una omega.

Una omega muy celosa, el gruñido de Lisa resonó en su cabeza haciendo eco mientras el ritmo aumentaba con fiereza, era esa la segunda vez, o quizá la cuarta, ya había perdido la cuenta.

Lisa respiro con pesadez sintiendo las feromonas de la alfa ajena abrumandola, aunque más pequeña y recesiva, alfa aún.

Una alfa que se apretaba contra su cuerpo mientras gemia entre suspiros pesados y llenos de calor.

Era diferente a la omega que siempre la sometía sin consideración, esa omega que le bajaba los pantalones contra su voluntad y la embriagaba de feromonas como si de droga se tratase.

Empujó con más fuerza sintiendo que terminaba y mordió el cuello ajeno superficialmente al hacerlo, Jisoo soltó un leve grito ante eso.

Y como si un hecho se grabara en la cabeza de Lisa algo hizo clic.

No había mayor satisfacción que domar a otro alfa.

SumisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora