013

1.4K 219 13
                                    

Quizá si Jennie fuera diferente nunca habría tenido problema con ella.

Penso en ello mientras se desvestia con prisa y se incaba abriendo la boca, el sabor amizclado y el aroma característico de esa zona que conocía bien inundaron sus sentidos.

Mientras sacaba la lengua y hacia suaves movimientos alrededor el hilo de la cordura nunca abandono su mente, es cierto que no podía negar el lazo impregnado en su piel por la omega.

Y también era cierto que siempre la odiaria. Y que, incluso si el odio desaparecía, el rencor permanecería por siempre.

Su cabeza se alzó con fuerza en contra de su voluntad cuando la omega jalo su cabello, tenía una mirada arrogante, fría y casi muerta.

— Se lo que hiciste —fue lo primero que salió de sus labios— y también se que no te importa —

Lisa se despejo con una suave mordida antes de permanecer en sus rodillas.

— Pero incluso si hiciste eso o aquello está bien, a mi tampoco me importa —una suave caricia llego a la cabeza de Lisa— siempre volverás aquí, y eso es lo único que necesito que tengas claro —y esa misma mano que la acaricio gentilmente la jalo antes de enterrarle las uñas en la cara— ¿Entendiste? —

La respuesta implícita pareció hacerla feliz, probablemente entendió ese acto de sumisión como un si.

Pero Lisa, una alfa que ya había probado la dominación, no estaba dispuesta a ceder tan fácilmente.

SumisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora