Perturbación impetuosa

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¿Cómo a desprenderme de mí me orillas?
Doy tanto por verte reír y nada logro,
tu felicidad me hunde en infortunio,
no quiero ser razón de tus lágrimas.

Me guías con tus engaños y no te importa,
felicidad como carnada llevas
y en tan oscuro lugar me adentras,
piensas que no logro divisar nada.

Pero lo que no alcanzan a ver mis ojos
no elimina lo que siente mi cuerpo,
siento amargura atorada en mi pecho
y mi mente está bloqueada en rojos.

Te insisto tanto y no hayo una respuesta
cuando eres tú quien me guía incluso,
murmullas que desconoces el camino,
arribamos a consensualidad forzada.

Al vislumbrar a la tenue ambrosía
prometiste persuasivo a cuidarme
pero fuiste el primero en atacarme 
manifestando tu concupiscencia.

Cegado en lascivia rígidamente
excitado te agitas de arriba a abajo,
pero mi mente sigue en lugar fijo,
actúas por el placer sin abstenerte.

Deseaba tanto el roce de tus labios,
pero tu precipitación me turba 
quiero huir de quien me curva 
sin acurruco de cálidos brazos.

Duras extremidades de tus dedos 
recorren ansiosas mi complexión,
es de tu tacto aquella percepción
la que me llena de remordimientos. 

Te detienes a libar néctar irreal 
con tus manos aquí y allá jugueteas,
el juicio en perder la razón agotas
mientras te transmutas en un ser bestial. 

Recapitulo en lo que me excedí,
y creo, mi error fue amarte primero,
dejar que pensaras que eras dueño
para obtener lo que quisieras de mí.

Yo solo te amaba, y me reprocho
cuando no pude protegerme lograr.
Pero de que me sirve el perdonar 
lo que de mi mente borrar no puedo.

                                               -𝓓𝓪𝓷𝔂 𝓞𝓼𝓸𝓻𝓲𝓸

HIMENEO (Poemas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora