Entre Joyas

Capítulo 2

Ha pasado el tiempo desde la visita de mi padre y Frank, siento que las horas pasan y no sé nada del mundo exterior, eso me perturba un montón.

Mi estómago no ha querido digerir ningún alimento de este lugar, tampoco he puesto de mi parte para intentarlo.

Lo único bueno de acá es que hice una extraña relación con Evelyn, mi compañera de celda. Detrás de esa coraza de piedra está una buena mujer que fue encerrada injustamente y que por influencia dejaron su caso en el limbo.

Al igual que con dos policías muy amigables a decir verdad, han tenido piedad conmigo.

— Betzabel necesito que nos acompañes — Dice una voz desconocida.

Me levanto nerviosa del suelo y veo al sujeto frente a mí, su rostro estaba totalmente obscuro puesto que la iluminación en esta zona no ayuda pero, por su voz es alguien con el que no me he topado en el poco tiempo que tengo aquí.

La celda fue abierta y con él, entra el policía que la custodia a colocarme las esposas.

Comenzamos a caminar por el largo pasillo sin iluminación, la espalda de aquel hombre era ancha y ni hablar de sus piernas.

Llegamos a una sala de interrogatorio totalmente diferente a la de las otras veces.

El sujeto se encontraba de espaldas, por mi parte me dirigí a una de las sillas que se encontraba vacía.

— Soy el agente Catnes Erson, a partir de hoy estaré al frente de tu caso — Dice serio. Todavía se encontraba de espaldas, era muy maleducado de su parte.

— No sé ni cua...

— No te dije que hablaras — Me interrumpe mientras se deja ver.

Si digo que es encantador les estaría mintiendo, esa palabra se queda pequeña con el hombre que está al frente de mí.

Ojos color miel, piel blanca y perfecta, labios rosados, cabello oscuro con un leve copete.

Mis mejillas comienzan a enrojecerse mientras mis piernas tiemblan del nerviosismo.

— Necesito que seas sincera con todo lo que te voy a preguntar, esta sesión será grabada después de esto escucharemos los relatos de las personas con las que te relacionas.

Asiento rápidamente, sin poder creerlo. ¿Será esto una buena señal?

— ¿A qué te dedicas? — Pregunta mientras de sienta en la silla de al frente mientras me mira fijamente.

— Yo... soy contadora en una empresa privada, en Walmint contador.

— ¿Cuánto tiempo tienes trabajando allí?

— 2 años desde que me gradué, con pocos meses de pasantías.

Esté mira cada rasgo de mi cara encontrando alguna pizca de inseguridad.

— ¿Qué hacían esas Joyas en tu piso? — Este procede a extenderme una carpeta.

La abro cómo puedo y empiezo a ver todas las joyas preciosas... Era una locura y sin duda alguna, algo fantasioso.

— Yo nunca en mi vida las había visto, ni siquiera sé cómo llegaron a mi casa — Lo miro fijamente.

— ¿Y entonces porque estaban en tu apartamento si no fuiste tú? — Me sostiene la mirada.

— Agente Catnes, sé que es imposible de creer porque las pruebas están, pero yo no fui — Varias lágrimas comienzan a deslizarse por mis mejillas.

— Por favor, no se haga la víctima — Responde tajante. — Limítate a responder y sin llorar.

— Discúlpeme por favor — Mi llanto aumenta sin yo permitirlo.