Hola, nuevo capítulo, muchas gracias por su paciencia; estoy pensando hacer una dinámica de mis fanfics, pero no sé si les interese, luego haré un post sobre eso, sin más, que lo disfruten.
¿Recuerdan que les dije que tengo fanfics que son porno sin trama? Este es uno de esos, pero ¡Ey! Intento meterle trama.
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La calma es dictada por el sonido de la cuerda que el desconocido arquero tensa para apuntarles.
-¡Solo queremos descansar!- grita Kara-. Nadie tiene porque salir lastimado, tu por tu lado, nosotros por el nuestro.
El extraño no dispara, alarga el momento tanto como puede, claramente está en desventaja, cuatro contra uno, aunque le de a una y les separe el río, obvio va a hacerlas enojar, con ayuda de esa bruja podrían darle alcance y se vengarían, además pensándolo en frío, esas mujeres no le han hecho nada.
Así que baja el arco.
-Gracias- dice Diana-. Buenas noches, espero que nuestras actividades no interrumpan su descanso.
El arquero aún bajo su capucha vuelve a su tienda.
Durante las siguientes dos horas escucha ruidos, la clara preapración de los intestinos que les vió lavar antes, sus susurros, la madera de su fuego crujiendo, también escucha lo sutiles que intentan ser hasta que en la noche vuelve a gobernar el silencio. Seguro dejaron a alguien vigilando, son las suficientes como para hacer rondas toda la noche y aunque trata de aguantar para escapar sin que le vean, termina cediendo al sueño.
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Le levanta el sonido de las mujeres moviendo su campamento, escucha sus ollas, el sonido de sus botas sobre el barro y sus caballos agitados.
El arquero maldice, ya es de día, puede ver el sol afuera de su tienda, y eso que pensaba que podría irse antes de que despertaran; con molestia se pone de pie, pues también debe seguir su camino, afuera las ve empacar, ellas también la miran.
-¡Vaya eres una mujer!- exclama la rubia.
La arquera la ignora levantando su propio campamento.
-¡Gracias por lo de anoche señorita!- grita Diana esperando que su voz cruce el río-. ¿Sin intención de molestarla más sabe hacia dónde está el reino de Fran?
-Tres días a caballo noroeste, yo voy hacia allá también.
Al fin las encara, es una mujer de ojos azules, cabello cobrizo en una trenza que le llega a la cintura.
-¡Eso es perfecto! ¿Trabajo? Porque tengo una oferta aquí mismo- negocia la princesa-. Busco a alguien hábil con el arco, voy al oeste.
-¿Qué tan al oeste?- cuestiona la ahora revelada arquera con las manos en las caderas.
-Hasta el fin de la tierra de ser necesario, buscamos el grial de piedra.
Eso rompe el balance de la desconocida que se dobla de risa, desconcertando al grupo frente a ella, son largos e incómodos segundos hasta que la castaña se recompone.
-¡Eso es imposible! Nadie está tan loco- asegura limpiándose una lagrima-. ¿Ha escuchado que morirá de sed antes de si quiera verlo?
La amazona da un par de pasos hacia atrás y haciendo uso de su gran fuerza salta el río cayendo con una voltereta del otro lado, la arquera deja de reírse buscando de inmediato una flecha, pero la mujer ya está frente sus ojos antes de que la alcance.
Su perro empieza a ladrar, pero por más que ladra, no se acerca, como si sintiera su titánico poder.
-Mi amado está muriendo- dice frente a su rostro, con voz peligrosamente baja-. Y ese objeto de leyenda es lo único que lo puede salvar, daré mi vida, cualquier cosa que tengo en el mundo con tal de salvarlo, quienes me acompañan aquí recibirán grandes recompensas por seguirme. Si no quiere acompañarme está bien, pero vaya a escupir en la esperanza de alguien más.
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El grial de piedra
AdventureLa princesa Diana ha decido embarcarse en la peligrosa búsqueda de un objeto de leyenda, para eso necesita una guerrera que la apoye, tal vez una del respetado clan Zor-El y una curandera, la brujas del clan Lefay no tienen comparación, pero su empr...