IX

82 8 31
                                    

Antes de empezar quiero decir que es un capítulo eterno (casi 30 páginas de word), así que espero que eso sea suficiente disculpa por no actualizar antes xD de verdad me gustaría hacerlo semanalmente pero me han pasado cosas personales que no me han permitido enfocarme tanto y más encima que, por alguna razón, quedó larguísimo.


IX  — Amo a mis pecados, son lo único que conozco. Nos hemos hecho más cercanos que con todos mis amigos

(1519 - 1520)

21 - 22 años

Viajar con todos sus tripulantes, y en el Mer, era una buena experiencia. No se había dado cuenta de cuánto lo extrañaba hasta que pudo hacerlo de nuevo, el viaje a Egghead fue muchísimo más agradable que la travesía a Punk Hazard incluso pese a que era un trayecto mucho más largo. Poder dormir con cierta tranquilidad prácticamente todos los días y no sentir que lo estaban poniendo a prueba o que esperaban algo de él hacía la travesía mucho más cómoda.

Al tener un par de semanas para compartir con ellos, casi sin conexión con el mundo exterior más allá de las veces que tenían que emerger por razones técnicas o para conseguir provisiones, se dio cuenta de que desde que Sengoku le había propuesto pertenecer a SWORD, Law había tendido a alejarse más que de costumbre. Entre las misiones que no podía compartir con prácticamente nadie, las investigaciones que estaba haciendo por su cuenta y su propia tendencia a ser alguien evitativo, inconscientemente fue creando una especie de muralla entre él y el resto. Estar con ellos tantos días le hizo darse cuenta del nivel de cercanía que tenían, no parecía haber una diferencia entre los subordinados originales de Law y los que le habían sido asignados por la marina.

Dejó de encerrarse en su cabina y de enfocarse en sus lecturas y sus planes, comenzando a pasar gran parte del viaje en los espacios comunes bebiendo y escuchándolos hablar de tantas cosas, cosa que le hizo extrañar la época en donde él participaba más de aquellos encuentros. Cuando recién había sido nombrado capitán y no sabía prácticamente nada de sus tenientes nuevos. Bueno, sabía sin saber mucho, solo que al principio tenía la excusa de que eran personas nuevas en su vida.

Pero sobre todo, comenzó a extrañar el par de años que vivió en Isla Swallow, donde experimentó por primera vez lo que era tener amigos (aunque nunca lo admitiera en voz alta) y una sensación de normalidad después de todo lo que había vivido. Cuando era simplemente un preadolescente viviendo en una isla junto a otros prepúberes igual a él; rechazados, solitarios y sin un rumbo claro. Pensó en sus caminatas y conversaciones, más allá de que Law no era alguien que compartiera tanto de sí mismo, al menos participaba escuchando.

Estar con ellos ahora era distinto, se sentía casi como un invitado. Ya no era parte de todas sus dinámicas y notó cuánto habían crecido en todo ese tiempo, en lo contento y cómodo que se sentía Bepo con todos esos humanos y en las habilidades de liderazgo que tenía Per. Parecía que de verdad podían cuidarse por su cuenta, no como cuando se habían conocido y aquellos chicos huérfanos le juraron lealtad porque Law tenía más experiencia sobreviviendo. Ya no lo necesitaban.

Quizá fue el alcohol el que lo puso tan sentimental y su juicio estaba un poco nublado. Aún así, una mezcla de orgullo y de agonía comenzó a existir en su interior.

Si ya no lo necesitaban quizá ya no lo iban a seguir a donde fuera, quizá iba a tener que realizar la misión solo.

Nunca dejaste de estar solo, una parte de él pensó. Al fin y al cabo, siempre intentó ser el protector de ellos más que verlos como personas a las que acudir si estaba aproblemado.

a fish in a birdcageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora