IV

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4 — este suplicio se encontró conmigo e hizo su hogar en mi interior

(1508 - 1509)

10 - 11 años

Law despertó a causa de los sonidos de disparos y gritos de dolor.

Se sentía completamente desorientado, estaba detrás de unos arbustos al costado del hospital. Rápidamente se dio cuenta que estaba sobre un arbusto que quedó marcado con su figura por haber caído por la ventana.

Sus recuerdos y pensamientos empezaron a ordenarse y comenzó a recordar lo que había sucedido.

Su madre lo había lanzado por la ventana.

Su madre le sonrió.

Un marine le disparó a su madre.

Y él cayó inconsciente.

Las lágrimas comenzaron a llenar sus ojos mientras recordaba la mirada llena de amor que le dedicó ella antes de que la mataran. Porque estaba muerta, no había forma de que hubiera sobrevivido a un disparo a la cabeza.

Todo para que él sobreviviera.

Él y su hermana.

Lami seguía en el ropero.

Intentó levantarse, cosa que le hizo notar lo adolorido que estaba. Por pura suerte no se había fracturado algo importante pero tenía cortes y magulladuras por todo el cuerpo.

Se apoyó contra el edificio, tomando un largo respiro para ordenar la cabeza. Tenía que volver a entrar para buscar a su hermana y las cosas y escapar de Flevance a como diese lugar.

Tendría que rodear el edificio, escondiéndose entre la vegetación para que no lo encontraran y entrar por alguna ventana. La habitación de Lami estaba en el lado contrario.

Se quitó los pedazos de vidrio que se habían adherido a uno de sus brazos, agradecido de que no hubieran hecho algún corte muy profundo, y comenzó a caminar.

Podía ver a lo lejos cadáveres. O al menos eso parecían, quizá algunas personas estaban al borde de la muerte. En general eran adultos. No podía evitar colocarles las caras de sus padres.

¿Qué hicieron para merecer se todo esto?

Sus dedos temblaban mientras intentaba aferrarse al hormigón del edificio, sobresaltándose cada vez que escuchaba disparos y bombas.

Tuvo que tirarse al suelo cuando escuchó a un pelotón de marines marchar, respirando bajo, abrazándose las piernas mientras se tapaba la boca.

Volvió a levantarse, con mayor dificultad que la primera vez, y no tardó en darse cuenta de que los marines habían salido por la entrada principal del hospital.

Entrada que estaba siendo envuelta por las llamas.

Ahogó un grito y corrió hacia el fuego, no pudiendo avanzar porque comenzaron a caer partes de la estructura, bloqueando el camino.

¿Hace cuánto había comenzado el incendio? ¿Cómo no se había dado cuenta?

Bueno, era obvio por qué no lo había notado. Toda la ciudad olía a humo y pólvora.

Comenzó a toser, alejándose de aquella zona, volviendo a rodear el edificio, buscando alguna ventana por la cual entrar.

La mayoría estaban cerradas o fuera de su alcance, y las que no, rápidamente comenzaron a expulsar fuego y humo.

—¿Qué hago? —susurró para sí, agarrándose la cabeza mientras no dejaba de llorar, sintiendo dificultades para respirar—, ¿Qué hago?

Se tiró el pelo en un intento de calmarse, volviendo a toser mientras cada vez le costaba respirar más. No solo por el humo.

a fish in a birdcageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora