Capítulo dos: Sol

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Antes de empezar el capítulo, quería explicar algo.

Las palabras que están entre comillas («»), son pensamientos del personaje que está narrando.

Sin más que decir, muchas gracias por leer.

Shikamaru está en pánico

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Shikamaru está en pánico.

Ya hace unos días que Naruto se fue y también que le dejó su girasol.

Y ahí estaba su motivo de pánico, desesperación, ansiedad.

No sabía cómo cuidar la dichosa planta.

Podría acercarse a Ino y pedirle de manera amable que le enseñará y lo ayudara con la pequeña flor. Pero, para eso tenía que buscarla, y rogaba a las nubes que no estuviera con la de voz chillona.

Salió de su casa con la maceta en sus brazos, su mamá lo despidió con una sonrisa. Ahí estaba otra cosa más que alimentaba su fastidio, su mamá se burlaba de su intento de cuidar la planta,  en algunas ocasiones lo encontró regando la flor con mucha delicadeza.

Ella se había reído durante toda la cena y por si fuera poco, su papá ni ayudaba, sólo tenía una pequeña sonrisa.

Caminó por la aldea hasta dar con la casa de su compañera de equipo, al estar frente a su puerta tocó la puerta.

Ojalá Ino estubiera en casa y sin su chicle.

—Shikamaru, ¿qué te trae por aquí? —El papá de Ino estaba en la puerta con una sonrisa.

El Nara quería suspirar de estrés, ahí estaba el papá de su amiga, no ella.

—Buenos días, señor. Andaba buscando a Ino, ¿sabe dónde está? —preguntó con toda su educación y seriedad.

Cuando por dentro quería irse a ver las nubes y observar la flor. Y también, recordar a su amigo rubio.

—Me dijo que iba a estar en la casa de Sakura, Shikamaru —respondió el señor Yamanaka.

Increíble, su suerte no puede mejorar.

—Está bien, gracias señor Yamanaka —se inclinó y se dispuso a regresar de donde había venido.

—Shikamaru, bonita flor —dijo el papá de Ino con una sonrisa y cerró la puerta.

Shikamaru suspiró, si seguia así, se iba a quedar sin aire. Volvió a caminar a buscar la dichosa casa de la Haruno, el mundo le estaba dando tantas complicaciones, él de verdad sólo quiere existir en paz.

Comenzó a caminar como si la vida le pesara (lo hace), pero después recuerda la sonrisa de Naruto pidiéndole que cuide de la vendita flor y le da ánimos.

—Ay, Naruto, las cosas que hago por ti —susurró a la nada.

Unos minutos más de caminata y había llegado a su destino, tocó la puerta y espero.

Falling Love (Sasunaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora