PARTE 9: LA FARSA...

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Me quedé boquiabierta y perpleja de ver a Willy tan bien vestido y de lo increíble un se le veía ese tipo de ropa.
—  ¿Cómo me veo? — Preguntó Willy terminando de acomodar su traje.
— Como un verdadero príncipe, que tiene mucho, mucho... Dinero. — Dije.
Willy rió con mi respuesta, para después, ofrecer su brazo para llevarme hasta mis padres.
Cuando llegamos, estaba el príncipe de Arabia y mis padres, los cuales, se quedaron atónitos.
— Hija, él es el príncipe Alí, de Arabia y viene a pedir tu mano en matrimonio. — Dijo mi mamá, viendo a Willy con perplejo.
Willy cambió su expresión a una de disgusto y podría decirse que también de celos. Al verlo así, me reí un poco y mis padres se disgustaron con mi actitud.
Mi madre me jaloneo y me sentó con el príncipe Alí, el cual estaba bastante nervioso.
Willy se enojó y se sentó del otro lado del príncipe Alí, ósea enfrente mío y eso me dió más tranquilidad al corazón.
— Es un honor conocerla, princesa... — Dijo nervioso Alí. Lo mire y note su nerviosismo.
— Ah, hola. — Dijo el príncipe Alí, hacía Willy.
— Hola, príncipe Alí... — Dijo Willy entre dientes.
— Bueno, ¿Qué habrá en el bufet hoy, padre? — Dije intentando cambiar un poco el tema.
— Habrá... Pavo en vino tinto y langosta... Espero y eso sea de su agrado, príncipe Alí. — Dijo mi padre con una sonrisa y al ver a Willy se convirtió en una de confusión.
— Señor Willy Wonka, ¿Usted también es un príncipe o por qué trae uno de los mejores trajes del pueblo? — Dijo mi madre confundida.
Willy se puso de colores y aclaró su garganta, antes de que él dijera algo vergonzoso, lo golpeé con mi pie.
— Pues, yo soy un príncipe... Uno de una lejana tierra y mucho chocolate... Y quiero casarme con su hija, ya que yo a ella le gusto y mucho. — Dijo Willy acomodando su corbata.
Me quede atónita y roja cuando dijo eso, todos me vieron sorprendidos y yo con la vergüenza lo confirmé...

Willy miró su reloj y sorprendido por la hora, se levantó rápido de su asiento, acomodó su bufanda y le dió un mordisco a la langosta.
— ¡Lo siento muchísimo, pero, no me puedo quedar aquí! — Dijo Willy apresurado y despidiéndose de mi padre.
Sin dudarlo ni un segundo, me levanté de mi asiento y acomodé mi vertido.
— ¡Yo voy contigo, Willy! — Exclamé decidida. Él me miró confundido, pero, con una sonrisa.
— ¿No tienes que quedarte aquí?... — Preguntó apenado y mostrando confusión.
— Pues, si el príncipe Alí, realmente está interesado en mí, debe respetar mis compromisos, ¿No? — Dije con una sonrisa. El príncipe Alí me miró a mí y a Willy con cuidado y luego apartó la vista.
— Vaya, no tengo ningún tipo de objeción ante eso, princesa... — Dijo Alí viendo mi plato.
— Mi nombre es Grace, por si no lo sabía, y no me gusta que me digan "princesa", odio que me llamen por mi puesto en la sociedad, Alí... — Dije algo enojada y tomando la mano de Willy. Algo que a él lo puso de color tomate y su mano sudaba.
Cuando salimos del castillo, el soltó mi mano.
— ¿Por qué no querías estar allá?... — Preguntó Willy con enojo, poco visible.
— Estaba muy incómodo el ambiente y además... Me la paso mejor contigo... — Dije mirándolo y dándole de nuevo la mano.
Nos miramos por un rato y Willy, desvío la mirada.
— ¿No te gusta estar con tu noviecito? — Dijo con celos. Me reí de su expresión.
— ¿Estás celoso de Alí? — Dije riendo.

¡¿𝐌𝐀́𝐒 𝐐𝐔𝐄 𝐀𝐋 𝐂𝐇𝐎𝐂𝐎𝐋𝐀𝐓𝐄?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora