PARTE 10: ¡YO TE AYUDARÉ!

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— ¿Celoso yo? Por favor, apenas nos conocemos y... — Antes de que él terminara de hablar, lo mire fijamente y agarre su mano. Cuando me di cuenta de lo que hacía, solté su mano rápidamente y me di la vuelta con vergüenza.
Willy aclaró su garganta.
— Bueno, si me vas a acompañar, hay que darnos prisa, antes de que Leija pase lista y se de cuenta de que no estoy... — Dijo Willy con desconcierto. Yo lo miré con confusión.
— ¿Quién es Leija?... — Dije. Él me miró y golpeó su cabeza.
— Se me olvidó decirte. Bueno, antes de que me ofrecieras techo, yo me había hospedado en un puesto y ahí vivo por lo mientras... — Dijo Willy arrepentido. Lo mire con confusión y empatía.
— Seguro no es tan malo, ¿O sí?... — Dije.
Willy me miró con los ojos muy abiertos.
— Es peor de lo que crees... Pero, bueno... No puedes venir conmigo. — Dijo seriamente.
Lo mire con incredulidad.
— ¿Por qué no puedo ir contigo? — Pregunté un poco enojada por su respuesta.
El se quedó mirando al suelo unos segundos y después me miró fijamente.
— No es por ser grosero, ni nada parecido, es solo que... No quiero que caigas en la misma trampa... — Dijo Willy. Al escuchar su respuesta lo mire confundida y le rogué que me explicara.
— ¡Está bien! Te diré, les debo más de 10,000 monedas... — Dijo mirandome.
Abrí la boca con sorpresa y luego la tapé.
— ¡¿Más de 10,000 monedas?! — Exclamé. El asintió con la cabeza.
Me sorprendí al escuchar semejante cantidad y rápidamente agarre sus manos tan suaves y tibias.
— ¡Déjame ayudarte, dándote todo el dinero que ocupes, Willy! — Dije sonriéndole con esperanza y tratando de no ser muy intensa. El me vió con sorpresa y agarro mis manos.
— No puedo aceptarlo, lo siento, Grace... — Dijo apenado y con su carita de tristeza. Yo me sorprendí y me confundí.
— ¿Cómo? ¿No quieres ser libre nunca? — Dije molesta y confundida, a lo que él me miró con cara de regañado y me sonrió.
— Muchas gracias, pero, no puedo aceptarlo, porque me vería muy aprovechado y quiero ganármelo con mi esfuerzo... — Dijo en seco.
— Además, les prometí a unas increíbles personas, que los iba a ayudar con el sudor de mi frente. — Agregó. Yo le sonreí al escuchar semejante acto de bondad.
— Pues, te ayudaré con las ventas — Dije. El me miró incrédulo.

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⏰ Última actualización: Feb 23 ⏰

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