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La envidia y el Odio lleva a caminos peligrosos, pero no importa si los diriges a la persona que lo merece, verdad?








































Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.

Mateo...



























El pequeño demonio con bigotes iba delante de la mujer Monja, ya varios demonios habían escuchado sobre ella y su misión de hacer un culto a Lucifer.

Los demonios se reían entre ellos, cubriendo sus sonrisas con sus manos, alas o garras. El cigarro del demonio soltaba humo intoxicante por la droga enrollada entre el papel blanco, pues la albina había hablado con Jeremías Silva, un demonio con un pequeño negocio de bienes raíces robadas.

Sin embargo, a diferencia de las otras apartadas almas del infierno, ellas no sentían el miedo metido en las venas secas con cada paso que daba del pobre demonio. Quien temblaba hasta la médula por la mujer que se llamaba Scarlett, demonio denominada como El Demonio de la Religión Falsa.

La sonrisa gigante y aterradora de la albina combinaba con su elegante traje negro religioso, uno que consiguió por su cuenta propia. Implica algo de sangre y vísceras, pero nada grave en el circulo del Orgullo.

— ¿Esta segura My Lady? ¿Qué desea la mas grande? — Se giro a la monja, resaltando su acento inglés.

—Por supuesto que si, mi querido demonio del averno~ — Se detuvo frente a la enorme estructura — Me habías comentado... ¿Que hay vagabundos dentro de la estructura, no?

— ¡Si! ¿Quiere que los saque a patadas? — Los ojos rojos de la mujer detuvieron su acción  — ¿O no?

La pequeña risa de Scarlett se escucho por los alrededores, y fue cuando toda la estructura comenzó a envolverse de una manta negra para despues cambiar un enorme edificio viejo a una la iglesia o Culto en forma gótica, dejando formado una sonrisa perversa en la monja, el cigarro del comerciante cayo al suelo de la impresión.

— Creo que ahora si me la puedo quedar~ — Se cubrió la boca riendo — Es perfecta.

— ¿¡Ah!? ¡Claro!— Declaró feliz — Entonces Señorita el precio del terreno serian unos 10.0000 Dola—!

— ¿Te crees muy listo? — Miro abajo suyo — ¿Pecador de baja categoria~?

Los demonios vagabundos se abrazaron entre ellos cuando vieron que el cuerpo del traficante de bienes caer hechos pedazos en el suelo, y solo frente al charco de sangre estaba la monja sonriente.

— ¿Quieren comer carne? — El hambre de los demonios era tanta que soltaban saliva — ¿¡Lo quieren!?

Estos afirmaron, pero sabían que si se movían un centímetro terminarían de la misma forma. Esa mujer era letal, y quería ver esclavos para ella... Y que mejor forma que llamar a los necesitados para controlarlos.

Religiosa Tentación • Hazbin Hotel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora