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Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra. Que quiebra el arco, corta la lanza, y quema los carros en el fuego.

Salmos...






























... Y eso que solo lo admite en la tierra y en el cielo, porque en vuestra vida le paso y los planto por los viejos pensamientos.

Esclavos 46.9
Biblia de Barbilonia





































Ya en el amanecer del infierno, los inquilinos del Hazbin Hotel estaban todavía en sus habitaciones. Cada uno soñando con lo suyo, sin embargo esta vez entre dos Overlord que administraban el hotel de la princesa Charlie, eran madrugadores de primera y comenzaban a hacer sus quehaceres.

Pero esta vez, la que pasaba un horrible inicio de día era la monja, quien estaba en la entrada del hotel sin esa característica sonrisa en su bello rostro pálido... Porque alguien se presento en el infierno, con tal de verla. Alastor, que estaba trasmitiendo en su canal de radio como lo ha hecho desde que se quedo en el hotel, dejo de lado su trabajo cuando sintió una presencia pesada, y como curioso que es, no evito abrir una de sus ventanas dirigiendo su mirada a Scarlett.

Con una sonrisa enorme, apoyo su mejilla con la palma de su mano... Feliz porque la tranquilidad de la albina, se esfumo con la presencia, tomo un sorbo de su cafe esperando el chisme.

Mientras la monja; tenia sus manos juntas entrelazadas y el ceño fruncido.

— Al parecer no quieres mi presencia, Mi Reina— El pelinegro sonrió — Noto que ese demonio tiene curiosidad de lo que pase entre los dos, pero dudo que escuche.

— ¿Por que no dices lo que tienes que decir y te retiras de una vez? — Le interrumpe Sebastian, no mejor dicho... Abaddon.

La sonrisa de superioridad se mostró en el demonio, quien siempre le gusto hacer enojar a su antigua pareja.

— Creo que no tienes derecho a hablarme de esa forma, Scarlett. — Gruño con su relajada sonrisa — Puedo quitarte mi protección si lo deseo.

— No tendré problema alguno si lo haces. — Cerro sus ojos contestando — Tengo muchas almas que temen de mi, y es suficiente para mi estatus.

— ¿Que? ¿Demonios de baja categoría que fueron humanos antes de morir? — Se apoyo en su bastón — No son mas que almas estupidas que aceptan todo con tal de tener seguridad o Pan en sus inútiles manos... A menos que sea alguien que si impacto en el mundo humano — Se burló — ¿Qué? ¿Tienes a Judas en tu bolsillo?

Las risas bajas del demonio hacia enojar a Scarlett, que ahora o mejor dicho, desde que entro al infierno, conoció la burlesca y narcisista personalidad de Abaddon. Una que no le importo en lo absoluto que se quitara la vida cuando vivía en el Vaticano, después de todo quería traer otra alma al infierno.

Adiós palabras dulces y bonitas que siempre le decía en aquellas noches de pasión, esos abrazos de confort cuando lloraba por algo que le hicieron en el Vaticano o por haber tenido una vida de mierda en su juventud.

Religiosa Tentación • Hazbin Hotel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora